En estas condiciones viajaba el ciudadano de Guinea con la intención de ingresar a España.

Desesperado, intentó ingresar en España escondido en el parachoques de un vehículo. Pero no tuvo suerte: lo delató la máquina de detectar latidos del corazón. Tiene 29 años y es de Guinea. Fue liberado y trasladado al hospital, luego de haber estado atado con cuerdas durante horas.

"Venía en una situación de extrema gravedad. Entumecimiento en todo el cuerpo, dificultad en la respiración", explicó uno de los agentes que lo liberaron.

Pero este no fue el único caso. Otros dos jóvenes –uno de ellos menor– fueron interceptados horas antes en el asiento del copiloto.

Como estos, hay cientos de episodios, y éste se está convirtiendo en un método común para entrar a España. Algunos se ocultan en el asiento del conductor; otros, en el depósito de gasolina. Muchos inmigrantes deben ser atendidos por intoxicación. Fue el caso de una mujer que fue hospitalizada luego de haber inhalado gases durante horas.

España tiene una de las mayores poblaciones de inmigrantes de Europa: son 4,7 millones, el 14% de sus habitantes. La crisis de los refugiados sirios volvió a colocar el tema en la primera plana de los debates actuales y puso en aprietos a los diferentes gobiernos del Viejo Continente.

En Alemania, los inmigrantes representan el 12%; en Francia, el 7,5%; en Reino Unido, el 12,4%; y en Italia, el 9,4 por ciento.