Lula inaugura un puente con 30 años de atraso y sin Peña en escena
El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva inauguró el Puente de la Integración Paraguay–Brasil con un discurso cargado de reproches por las tres décadas de demoras que marcaron la obra. Lula recordó que el proyecto nació en 1992 y fue aprobado por el Congreso en 1994, pero quedó atrapado en licitaciones fallidas, trabas administrativas y disputas políticas que retrasaron su ejecución hasta hoy. “Pasaron 26 años discutiendo este puente”, lanzó, en una crítica directa a la incapacidad institucional de ambos países para concretar proyectos estratégicos.
La ceremonia estuvo marcada por la ausencia del presidente paraguayo Santiago Peña, atribuida a compromisos familiares, lo que dejó a Lula como único protagonista de un acto que debía simbolizar la integración binacional. El mandatario brasileño subrayó que la construcción fue financiada íntegramente por Itaipú del lado brasileño, mientras Paraguay asumió otra obra en Carmelo Peralta, pero no ocultó las tensiones que acompañaron el proceso. La inauguración dividida expuso las dificultades políticas y la falta de sincronía entre ambos gobiernos.
Aunque el puente ya está habilitado, su uso será parcial: del lado paraguayo aún falta concluir una conexión vial clave, lo que limita el tránsito a camiones y buses en horario nocturno. Lula reconoció que la obra llega con restricciones y que la espera fue excesiva, pero insistió en que representa un triunfo frente a décadas de parálisis.
