La VoZ digital | Tensión entre Pekín y Washington por el paso de un destructor por el Mar de China Meridional

2017-07-03 | 00:02

EEUU

Tensión entre Pekín y Washington por el paso de un destructor por el Mar de China Meridional
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Tensión entre EEUU y China

El destructor USS Stethem navegó dentro de las 12 millas náuticas que rodean la pequeña isla Tritón en el archipiélago de las islas Paracel

La navegación de un buque de guerra estadounidense en las inmediaciones de una isla cuya soberanía se disputan varias naciones vecinas en el Mar de China Meridional fue calificada por Pekín como una "seria provocación política y militar", un movimiento que podría tensar las relaciones entre las dos mayores economías del planeta, ya deterioradas en las últimas semanas.

El destructor USS Stethem navegó dentro de las 12 millas náuticas que rodean la pequeña isla Tritón en el archipiélago de las islas Paracel, cuya titularidad reclaman China, Taiwán y Vietnam, de acuerdo con el relato de un funcionario de EEUU a AFP. Como respuesta a esta acción, Pekín envió a la zona buques militares y aviones de combate, según explicó este domingo en un comunicado el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lu Kang.

"China insta con firmeza a Estados Unidos a que detenga inmediatamente este tipo de operaciones provocativas que violan la soberanía de China y amenazan la seguridad", aseguró Lu. Además, Pekín acusó al país americano de "crear problemas deliberadamente" en la región en un momento en el que las tensiones entre Pekín y sus vecinos "se han enfriado y mejorado" y advirtió que tomará las medidas necesarias para defender su soberanía y su seguridad nacional.

El paso de este navío cerca del islote forma parte de la "operación libertad de navegación" de EEUU, que busca garantizar el libre tránsito de barcos por unas aguas claves para el tráfico marítimo mundial y cuya soberanía se disputan hasta seis países, incluidos Malasia o Filipinas. Estas acciones suponen un desafío a las reclamaciones territoriales de China, que controla de facto la mayor parte del territorio y ha edificado en los últimos años islotes artificiales a los que ha dotado de equipamiento militar, una política expansionista de hechos consumados ampliamente criticada por sus vecinos y EEUU.

Se trata de la segunda operación de este tipo desde que el presidente estadounidense Donald Trump accedió a la Casa Blanca en enero. La primera se registró el pasado 25 de mayo, cuando el destructor USS Dewey navegó cerca del coral Mischief, que forma parte de la cadena de islas Spratly. Además, se produjo pocas horas antes de que los presidentes de ambos países conversaran por teléfono en una llamada previamente programada.

De acuerdo con las imágenes de satélite que maneja la Iniciativa de Transparencia Marítima de Asia, que forma parte del think tank estadounidense Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos, China ha construido en los últimos meses nuevas instalaciones militares en la isla Tritón, incluyendo un nuevo helipuerto. Además, su información revela la edificación de almacenes para misiles e instalaciones para comunicación y radares en las islas Spratly CrossMischief ySubi.

El miércoles pasado, el comandante para las fuerzas de EEUU en el Pacífico, Harry Harris, declaró en Australia que "estas islas falsas no deben ser creídas por personas reales", en referencia a la construcción y armamento de estos territorios. "Creo que los chinos están aumentando su poder de combate y su ventaja posicional en un intento por afirmar la soberanía de facto sobre estos terrenos y espacios marítimos disputados".

Este nuevo incidente viene a reforzar la tendencia en el empeoramiento de las relaciones entre las dos potencias registrado desde hace un tiempo. La semana pasada, Trump autorizó la venta de armamento a Taiwán por valor de 1.400 millones de dólares, una decisión que provocó las quejas de Pekin, que considera a esta isla una parte indivisible de su territorio.

Ese mismo día, el Departamento de Estado expresó sus preocupaciones sobre el respeto de Pekín a las libertades de Hong Kong en el 20º aniversario de la vuelta de este territorio de manos británicas a China, mientras que el departamento del Tesoro norteamericano anunció sanciones contra un banco y una empresa china por sus relaciones financieras con Corea del Norte, algo que desató las críticas de las autoridades comunistas. "Instamos encarecidamente a los Estados Unidos a que corrijan inmediatamente sus acciones injustas para evitar que afecten a la cooperación bilateral en asuntos relevantes", dijo ese día Lu. Dos días antes, EEUU incluyó al gigante asiático en su lista negra de traficantes de personas.

Todas estas decisiones suponen un cambio con respecto al buen tono alcanzado en abril, después de que el mandatario chino, Xi Jinping, y Trump se reunieran en Florida por primera vez cara a cara. Tras aquel encuentro, en el que el líder norteamericano apostó por China como vía para tratar de que Corea del Norte frene su programa nuclear y balístico, la llamada "luna de miel" entre ambos llevó a la firma de importantes acuerdos comerciales y el acercamiento de sus posturas en otros temas.

Sin embargo, la falta de resultados tangibles en el tema norcoreano ha llevado a la frustración del inquilino en la Casa Blanca, que ve cómo su apuesta por Xi no está funcionando, lo que se ha traducido en un empeoramiento de las relaciones. Está previsto que ambos líderes se reunan esta semana en el marco de la cumbre del G20 que se celebra en Hamburgo, Alemania.