La VoZ digital | La revolución de Akenatón, el faraón esposo de Nefertiti que eliminó 2.000 deidades de Egipto y declaró al Sol como único dios

2017-07-16 | 17:11

Historia

La revolución de Akenatón, el faraón esposo de Nefertiti que eliminó 2.000 deidades de Egipto y declaró al Sol como único dios
103



  •  


Gentileza Gentileza
Desde el principio de su reinado, el faraón Akenatón y su hermosa esposa Nefertiti decidieron desafiar todo el sistema de fe del Antiguo Egipto.

Akenatón empezó a reinar durante los años dorados del Imperio egipcio, hace casi 3.500 años.
Egipto era el más rico y poderoso del mundo.
Su ejército derrotaba a cualquier otro que lo enfrentara; sus cosechas eran abundantes y su población bien alimentada; sus suntuosos templos y palacios reales estaban colmados de tesoros y todos estaban convencidos de que su éxito se debía a que mantenían a los dioses contentos.
Fue entonces cuando Akenatón llegó al trono con ganas de cambiar una religión de unos 1.500 años de antigüedad.

Solamente el Sol
La idea de Akenatón era dramática y revolucionaria: por primera vez en la historia, un faraón quería reemplazar el panteón de los dioses egipcios con uno solo, el creador de todo: el Sol o Atón, como se llamaba.
Era el décimo faraón de la dinastía XVIII de Egipto y reinó empezó alrededor de 1353 a. C., una época que lo que estaba proponiendo era herejía.
Sin embargo, él era un faraón, un dios viviente y podía cambiar todo: la religión, la política, el arte y hasta el lenguaje. Y vaya si lo hizo.


Decretó que los 2.000 dioses tradicionales que habían protegido a Egipto por más de mil años quedaban eliminados.
Es difícil imaginar lo que sintieron los egipcios del común. El concepto debió ser inconcebible.
Sorprendente
Los dioses en formas animales y humanas fueron reemplazados por un dios abstracto, el Sol que iluminaba con sus rayos al rey.
Para los sacerdotes tradicionales, quienes habían dedicado sus vidas enteras a los antiguos dioses y habían sido extremadamente poderosos hasta entonces, era una catástrofe.
Prácticamente habían gobernado el país y de repente eran redundantes. Akenatón empezó a adquirir peligrosos enemigos.
Y el siguiente anuncio de la pareja real fue igual de sorprendente.
Dejarían la antigua y sagrada ciudad de Tebas, el corazón de toda la nación, y se dirigirían hacia el norte por el río Nilo en busca de una nueva utopía.

Con destino al futuro
Era el 5º año de su reinado, y Akenatón claramente quería romper con el pasado.
A Nefertiti le dio el título de Gran Esposa Real e igualdad de poderes.
Juntos viajaron unos 320 kilómetros hasta llegar a lo que en la actualidad es Amarna, donde construyeron una ciudad.
En una roca que todavía está en una de las lomas está escrita una proclamación pública compuesta por Akenatón que explica la razón que lo llevó a escoger precisamente ese lugar.
Según dice, el gran dios sol les dijo: "Construyan aquí".
¿Cómo se los dijo? Con una señal.
El lugar está rodeado de lomas y en ciertos momentos del año el Sol sale entre una grieta creando la forma del jeroglífico del horizonte.


Atón, interpretó el faraón, le estaba indicando dónde debía construir su ciudad sagrada.
Y así lo hizo, a una velocidad vertiginosa.