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Hoy y mañana, miércoles y jueves, la oposición venezolana ha programado un paro general de 48 horas que aspira a detener toda actividad en las calles de Venezuela para presionar al presidente Nicolás Maduro a que retire la Constituyente.

Ante esta convocatoria, durante los últimos días, las gasolineras han sido escenario de largas filas de automóviles abasteciéndose de combustible y en numerosos supermercados de Caracas muchos habitantes han hecho acopio de alimentos y otros productos básicos.

La embajada de Estados Unidos en Venezuela pidió a sus ciudadanos tomar medidas "preparatorias apropiadas" de cara al paro cívico e instó a evitar las zonas donde se desarrollan diariamente manifestaciones antigubernamentales.

Por su parte, el jefe de la campaña oficialista para los comicios de la Constituyente, Héctor Rodríguez, invitó a inicios de semana al "pueblo opositor" a distanciarse de la violencia y el boicot a la Constituyente, y a participar el 30 de julio en la elección de este proceso.

Entretanto, la negociación entre el Gobierno y la oposición venezolana para evitar la Constituyente es considerado lo mejor para la salida a la crisis del país y evitar una guerra civil por parte del analista Luis Vicente León.

"Una negociación imperfecta será infinitamente mejor que una guerra civil y un país bloqueado", opina el analista, que descarta que esas conversaciones puedan incluir un cambio inmediato de gobierno.

Fuente: www.eitb.eus