Captura de pantalla.

“No tenemos más nada, ni una comunicación, ni una prueba de vida. No sabemos nada de mi papá ni de los captores. Estamos angustiados, tristes, de repente desesperados. De todo nos está pasando en estos meses en los que no está mi papá”, dijo Liliana Urbieta a la 730 am. 

Agregó que la última prueba de vida se dio en enero de este año, donde hubo un pedido de dinero que no se pudo cumplir. 

"Tratamos de reunir el dinero, pero ellos saben hasta dónde va nuestra capacidad”, expresó la mujer. 

Liliana Urbieta lamentó que su padres es un persona hipertensa y diabética, lo que genera mayor zozobra en los suyos, al no tener novedades sobre su paradero ni su estado de salud. 

Urbieta había sido secuestrado en ocutbre de 2016, presuntamente por integrantes del EPP, de su estancia ubicada en la localidad de Belén, Concepción. 

Su hija había realizado un llamado desesperado a los captores de su padre, tiempo atrás, señalando a varios medios de comunicación que contaban con parte de la suma solicitada, que deseban pagar por la liberación de Urbieta. 

Actualmente entre el EPP y otros grupos delictivos que se desprendieron de éste, mantienen a cinco personas secuestradas.