En la tarde del miércoles de la semana pasada cayó el techo de una de las aulas del Colegio Nacional de Lambaré, hecho que arrojó 13 estudiantes y una docente heridos.

Ese mismo día, pero en horas de la noche, también se derrumbó el techo y parte de las paredes de la escuela N°341 Miguel J. Torres de Carapeguá. En el momento del suceso varios estudiantes de Educación Permanente de Adultos Mayores estaban desarrollando clase, conforme a los datos.

Al día siguiente también se desplomó el techo del colegio Juan Ramón Dahlquist, ubicado prácticamente en la Chacarita de Asunción. El incidente fue mantenido en silencio a raíz de la repercusión que tuvo el accidente en Lambaré. El centro educativo se encuentra en plena refacción.

Finalmente, en la noche de ayer, lunes, también se derrumbó el techo de la biblioteca del Centro de Recursos para la Educación Permanente número 8 de la ciudad de San Juan Bautista, Misiones.

Todos estos centros educativos fueron edificados con el dinero público, a elevado costo pero aparentemente con materiales de baja calidad.

De manera urgente se deberían realizar verificaciones y estudios correspondientes a fin de corroborar el estado de las escuelas y colegios construidos principalmente con fondos del Fonacide.