La VoZ digital | Mario escribió carta a Acero, por "ensañamiento" de ABC

2018-02-14 | 07:21

Municipalidad de Asunción

Mario escribió carta a Acero, por "ensañamiento" de ABC
103



  •  


Gentileza. Gentileza.
El intendente de Asunción Mario Ferreiro siente que ABC se ensañó con él y por eso le escribió una sentida como extensa carta a Acero Zucolillo, a través de su cuenta de facebook.

Querido Acero:

Te pido disculpas por tutearte, pero alguna vez hablamos de la vieja relación entre nuestras familias, sobre todo de la amistad y camaradería que existió entre tu querido hermano Tuco y mi amado padre Marcelino, contemporáneos ellos e incluso camaradas del CIMEFOR. Además, mis años como colaborador y admirador del trabajo de Abc Color me otorgan una confianza y un respeto que todo aquel que haya frecuentado esa redacción mantiene para siempre. 

Te escribo porque desde siempre el pensamiento y la palabra han sido mi herramientas y quizá mis únicos bienes para enfrentar la vida y explicar mis razones. No tengo fortuna personal más grande que mis hijos, un puñado de libros y unos buenos discos de vinilo. El resto obra en mis exiguas cuentas corrientes de dos bancos de plaza (Itaú y Continental), y una pequeña casa que heredé de mis padres en el barrio Sajonia. No suscribo cuentas personales ni comerciales fuera del país, ni poseo propiedades en el campo o en el exterior. 

A dos años de ejercer mi primer cargo público en toda mi vida dicha condición financiera y patrimonial no ha variado un ápice. La ambición por bienes materiales no se halla en mis códigos genéticos. 

Mucha gente me hubiera recomendado que no me atreva a escribirte una carta pública y personal, que se interpretaría como insolente e irrespetuosa, que piense bien mi próxima “jugada estratégica”, y sobre todo que nunca lo provoque por las temibles consecuencias que ello acarrearía. Desde ya te aclaro que decidí escribir estas líneas como un acto personal y sincero. No tengo las condiciones para desafiarte ni interpelarte. 

De más está decir que no existe más intención en estos párrafos que el simple ejercicio de ponerme a disposición para charlar contigo sin prejuicios ni censura. Al fin y al cabo nuestro hacedor nos iguala en nuestra frágil condición de seres humanos finitos que, como cualquiera desean el bien a su país, a su familia y dejar un legado aunque fuera mínimo en nuestro fugaz transcurrir por la vida. 

Me cuesta entender el ensañamiento particular hacia mi persona. He examinado todos mis actos, públicos y privados una y otra vez pero no he hallado razones suficientes para dicho encono. Entiendo perfectamente, -como comunicador que he sido gran parte de mi vida-, la tarea natural de la prensa en el sentido de ejercer control del poder, y también comprendo las operaciones especiales que se encomiendan a algunos colegas para hacer un seguimiento tenaz de tal o cual asunto. 

Pero no logro comprender el rencor personal, el odio enceguecido que va creciendo desde tus medios hacia mí. Sinceramente no creo ser merecedor de un trato de ese tipo. Me considero un ciudadano decente que está tratando de hacer un aporte a Asunción por mandato expreso de unas 120 mil personas que así lo decidieron en las urnas el 15 de noviembre de 2015. Serán ellos los que juzgarán mi gestión al final de la misma, allá por el 2020, y ellos dispondrán de los mecanismos previstos por la democracia para premiarme o castigarme. 

Tampoco creo que entre tus allegados más cercanos, familiares, amigos y colaboradores te estén impulsando hacia esa conducta tan hiriente en lo personal. Conozco y tengo trato con la mayoría de ellos y muchos me han confesado que tampoco encuentran una razón especifica a esta golpiza mediática sostenida, que ni siquiera amaina en tiempos en los que las próximas elecciones generales estarán decidiendo en menos de 60 días la suerte de nuestra Nación. 

Cualquiera sabe que la tarea municipal es abrumadora y todos los administradores de turno de Asunción han tropezado con enormes dificultades para resolver los desafíos cada vez más grandes que nos plantea una ciudad que ha crecido desordenadamente, en un área metropolitana con grandes retrasos en materia de inversión en infraestructura y mejora en su calidad y cantidad de ingresos tributarios. 

No seré yo quien te explique las dificultades sistémicas, ni el nulo aporte en materia de transferencias de fondos del Estado a la Ciudad desde que feneció nuestra temporal ley de capitalidad. Aún así he mantenido una relación de respeto y colaboración mutua con las actuales autoridades nacionales. 

Sin embargo, no creo que la explicación de esos problemas tan obvios sea el tema de fondo. Por eso simplemente me pongo a disposición a la hora y en el lugar que quieras para charlar francamente y poder satisfacer todas las demandas que tengas y que lógicamente estén a mi alcance y al de la institución que dirijo para buscar las soluciones que sean factibles de resolver.

No quiero que dudes ni un segundo en mi fortaleza anímica y gracias a Dios todavía física, en mi entrega completa a la tarea de revertir esta realidad tan difícil y en la sinceridad de mi compromiso. Como suele ocurrir con los padres a los que uno busca satisfacer infructuosamente toda la vida, ofrendaré la mía a nuestra población estos 3 años que me quedan para dejar un testimonio de lucha irrebatible en los que por lo menos habremos dado la disputa sana para conseguir una ciudad que se encamine hacía una mejor calidad de vida. 

Creo finalmente que Asunción no es un adefesio ni merece por extensión el odio que se profesa a su actual intendente. Al fin y al cabo, esta es la ciudad de nuestros amores, nuestros afectos entrañables. Aquí construimos nuestras historias personales. En sus barrios nos malcriamos a merced del cariño de nuestras tías, abuelas, primos y compañeros de colegio y facultad. De hecho esta es la ciudad en donde elegimos vivir y morir.

Lo curioso es que aún en las condiciones que estamos, con las grandes limitaciones ya expuestas, cada día más extranjeros se quedan a vivir con Nosotros y crece exponencialmente la inversión inmobiliaria. Pero ese ya es otro tema, que merece un espacio particular. 

Aquí el tema querido Acero, es muy simple: Mario Aníbal Ferreiro Sanabria, se pone a tu disposición para responder respetuosamente a todo lo que quieras cuestionarme y para buscar juntos, porque no, las soluciones que gradualmente se pueden encontrar para tantos problemas de una ciudad con 517 mil habitantes, 68 barrios, 20 por ciento de pobreza, casi 2 millones de visitantes diarios y 600 mil vehículos que ingresan todas las mañanas a nuestras golpeadas calles.

Es claro que no podré satisfacer todos tus deseos, pero siempre tendré la capacidad de escuchar, dialogar y actuar, como lo hago habitualmente con centenares de vecinos que se acercan a mí, no desde la agresión, sino desde el dialogo, para ayudarnos a salir adelante como comunidad. 

Desde ya te agradezco la lectura de esta carta personal que terminó siendo muy larga para mi gusto. En la redacción de la Revista de Abc de los ’80 Marylin Parini me hubiera recortado la cuartilla y el diagramador me estaría pidiendo una ilustración para hacer más llevadera la lectura. 

Mis respetos a tu familia, en especial a tus hijas y tus nietos a quienes aprecio de verdad y considero por lo menos a la distancia mis amigos. 

También a los muchachos y chicas de la redacción, tan cercanos algunos de ellos que compartimos compadrazgos y padrinazgos varios.

Mi formación jesuita me ha enseñado a dar la otra mejilla siempre, pero con la dignidad de quien nada debe y por lo tanto, nada teme. 

Te deseo un excelente día, mucha paz y serenidad. 

Mario Ferreiro
C.I. 385.932