El suizo Joseph Blatter, que ocupa el trono de la entidad de fútbol desde 1998, había anunciado su renuncia el pasado 2 de junio, día en que confirmó que permanecería en el cargo hasta la celebración de nuevas elecciones extraordinarias.

"Después habrá terminado. Pero no será ni un día antes", insistió el mandamás suizo, que en una entrevista con la revista Bunte rechazó constantemente la idea de una salida antes de que se celebre la próxima reunión del congreso de la FIFA.

La presidencia de Blatter tambalea a cada paso. Primero se le abrió un proceso penal en la Justicia de su país por "gestión criminal y apropiación indebida", según el documento de la Físcalia. Además, varias empresas que patrocinan a la FIFA quieren que renuncie inmediatamente. Él no lo hará hasta la fecha señalada.

"Voy a luchar hasta febrero. Por mí, por la FIFA. Estoy convencido de que en el mal aparecerá la luz y de que el bien prevalecerá", añadió Blatter, cinco días después de que los mayores anunciantes de la institución, como Coca-Cola, Visa y McDonald's, le pidieran su renuncia "inmediata".

"Son sólo los estadounidenses", dijo Blatter al respecto en la entrevista, recordando que otros patrocinadores, como la marca deportiva alemana Adidas, la automotriz surcoreana Hyundai o el gigante del gas ruso Gazprom, siguen apoyándolo.