Efectivos de la Marina mexicana confirmaron que el mayor narcotraficante del mundo fue baleado, aunque continua prófugo.

El operativo que puso en jaque al capo narco más buscado del planeta fue dirigido por la Marina de México en Sinaloa, donde se refugiaría Guzmán. Esa región mexicana es "la casa" de "El Chapo". Es allí donde cuenta con la complicidad de gran parte de la población y del sistema de seguridad, copiados por el miedo los primeros y por el dinero los segundos.
La inteligencia mexicana poseía un dato clave para dar con el jefe del Cartel de Sinaloa: conversaciones telefónicas indicaban que se hallaba en una precaria casa cerca de Cosala, en la zona montañosa de Sierra Madre. La zona es conocida como el "Triángulo Dorado".
El operativo comenzó hace algunos días, momento en que el capo fue advertido y huyó. En esa huida, sin que mediara un enfrentamiento directo con las fuerzas de seguridad, algo ocurrió con "El Chapo" que le costó heridas tanto en el rostro como en una pierna.
Un cuerpo de elite de marines irrumpió en el lugar con un despliegue espectacular que comprendía un cerco de tres kilómetros: con helicópteros llegaron hasta el lugar, donde se enfrentaron con el "ejército" de Guzmán que logró repelerlos. Al cabo de horas, la Marina logró ingresar al rancho que estaba vacío. Sin embargo, lograron llevarse radios y teléfonos satelitales.
La decisión del gobierno central de México de desplegar a la Marina tiene una explicación lógica. Creen que esa fuerza no fue corrompida aún por los tentáculos de "El Chapo" y además cuenta con la confianza de la inteligencia de los Estados Unidos.
Tiene además un récord respecto al capo narco: fue la fuerza que lo detuvo en 2014. Un año después escaparía de una prisión de máxima seguridad, por un inverosímil túnel de casi dos kilómetros.