2018-07-09 | 07:47
TailandiaYa son 8 los rescatados
Poco antes de que saliera el último niño rescatado de la cueva, fuentes de los equipos de rescate habían indicado a medios locales que cuatro de los menores han llegado a una cámara de la cueva situada pasado un estrecho pasadizo que supone el mayor peligro para la operación.
El rescate de los atrapados en la cueva de Tham Luang se ha reanudado este lunes al mediodía, tras el éxito ayer al conseguir sacar a cuatro de los 12 niños que accedieron a la gruta hace dos semanas, junto a su entrenador de fútbol.
Los familiares aún no han podido tocar a los niños rescatados ayer para protegerles de enfermedades infecciosas debido al débil sistema inmunológico que presentan, aunque sí han podido verlos a través de un cristal. Las autoridades han detallado que en la operación de este lunes participará "más personal que en la de ayer" y que esperan tener pronto buenas noticias.
El primer ministro del país, Prayuth Chan Ocha, resaltó esta mañana que el rescate de los niños restantes y su entrenador de fútbol tendría lugar "lo antes posible".
"No pregunten en cuántos días o meses serán evacuados. Lo haremos lo antes posible, de la manera más segura", manifestó en rueda de prensa. "Nadie puede decir cuánto tiempo será necesario para la misión de rescate", zanjó. Sin embargo, Narongsak sí advirtió que esta segunda intentona puede ser más "rápida de lo previsto" gracias a las buenas condiciones que los expertos encontraron ayer en el interior de los túneles subterráneos.
El gobernador de la provincia de Chiang Rai, Narongsak Osottanakorn, confirmó el domingo el rescate de cuatro de los niños atrapados en la cueva y manifestó que la salud de los evacuados era "perfecta".
"Hoy (por el domingo) hemos tenido la mejor situación en términos de estado de salud de los niños, agua y preparación para el rescate", añadió en rueda de prensa. "Hemos sacado de la cueva a cuatro (niños). Lo consideramos un gran éxito", destacó.
En ese sentido, recalcó que la operación, iniciada a las 10.00 horas del domingo fue "horas" más rápido de lo previsto. "Ha sido una obra maestra", apostilló.
Sin embargo, advirtió de que "el trabajo no ha terminado". "Tenemos que conseguir que la próxima misión sea tan exitosa como la de hoy", sostuvo.
"Tenemos que colocar otra vez los tanques y sistemas en su sitio. No puedo concretar el tiempo, pero serán más de diez horas, entre 10 y 20 horas, pero no serán más de veinte", explicó.
Entre las alternativas de rescate que se han planteado una es la de proporcionar a los jóvenes atrapados oxígeno y provisiones para que puedan sobrevivir durante varios meses hasta que finalice la temporada de lluvias en Tailandia o intentar construir una balsa que quepa en la cueva para sacarles.
Tailandia entera espera un final feliz para estos 12 niños y su entrenador de 25 años atrapados en la cueva, al norte del país, desde el 23 de junio, un accidente que atrajo a esta zona del mundo a cientos de periodistas de medios extranjeros.
Los familiares de los menores aguardan con impaciencia en la entrada de la cueva para reunirse con sus hijos. "Todavía estoy esperando aquí en la cueva, cruzo los dedos para ver si mi hijo estará entre los que saldrán hoy", dice la madre de uno de los niños.
Además de las dificultades a lo largo del recorrido que hay que hacer bajo del agua, la situación se complica por el hecho de que muchos niños no saben nadar y ninguno ha buceado. Un ex buzo de la Marina tailandesa murió mientras participaba en las labores para preparar el rescate, lo que demuestra la gran dificultad de esta misión, incluso para los más expertos.
La lluvia monzónica que amenaza con más inundaciones en esta compleja red subterránea, de unos diez kilómetros de largo, es el principal desafío para los socorristas, que temen nuevas precipitaciones antes de que logren sacar a todo el grupo.
El equipo de fútbol "Jabalíes salvajes", integrado por 12 niños de entre 11 y 16 años y su joven entrenador, pasó nueve días en las profundidades de la cueva antes de que dos buzos británicos los encontraran la semana pasada. Demacrados pero vivos, los menores estaban encaramados en una roca, a más de cuatro kilómetros de la entrada de la cueva.
La familia de uno de ellos cree que decidieron explorar la cueva después de su entrenamiento de fútbol para celebrar su cumpleaños, cuando cumplió 16 años. Se vieron entonces sorprendidos por la subida de las aguas en el interior de esta larga cavidad, situada en la frontera con Birmania y Laos.
Fuente ELMUNDO.ES
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