2018-07-12 | 08:48
Murió esta madrugadaFalleció el creador de Ñemity, Carlos Federico Abente
“Federico Abente fue un ser humano inmenso, un gran poeta, un paraguayo que nunca se olvidó de su tierra, en Buenos Aires creó una gran comunidad con otros paraguayos, era tan inmenso que cuando había músicos que pasaban hambre, él les internaba los viernes en el hospital donde era médico, donde les indicaba una dieta para comer, no para no comer por enfermo y el lunes les ponía de alta y les decía “aninteke voiete reju jey, porque jajepillarõ opata kóva”, así de generoso era él”, señaló sobre su persona el escritor e investigador musical Mario Rubén Álvarez, lamentando la pérdida de su figura en entrevista a Radio Nacional del Paraguay.
Abente nació en Isla Valle, Areguá, en 1914 y estaba radicado en la Argentina desde su infancia, donde se asentó, primeramente en Formosa y luego en Buenos Aires, junto a su madre y padrastro, buscando mejores condiciones de vida. En Bs.As. desarrolló su vida profesional de médico, a la par que tomaba contacto con la discreta movida cultural de paraguayos que se encontraban exiliados en la capital argentina, tanto por motivos económicos o políticos.
Ñemity, un himno a la fraternidad
Allí, Abente conoció a varios músicos y compositores paraguayos entre ellos a José Asunción Flores, con quien creó la emblemática canción “Ñemity”, que fuera prohibida en tiempos de dictadura, porque su letra era considerada “subversiva”. Sobre la génesis de la pieza, Alvarez señala que la música ya estaba compuesta por Flores, quien insistía a Abente a crear la letra. “Le decía, Calitos, así sin la ere, vos tenés que hacer la letra, nde ejapo ara, nde rejapota, a lo que Abente respondía: – maestro, yo todavía no estoy maduro como poeta, soy imberbe en esto, y así hizo ese himno a la concordia, la fraternidad y al rechazo a la violencia”, recuerda Mario Rubén.
“Junto a Mi patria soñada, de Carlos Miguel Giménez y Agustín Barboza, es uno de nuestros himnos más emblemáticos, ha quedado prácticamente como un himno extraoficial cuando dice: Jahypýi ko yvy tome’ê hi’a, Ñamboapy ko sapukái, yvytu vevére ñahendu iñe’ê, ñande kóga purahéi. Topa ñembyahýi, joayhu taheñói, topu’ã ñane retã, Ñañombyatypa ha jasapukái vy’ápe che retãygua.”, concluye Álvarez.
Junto a Flores también compuso Guayraũ y con Prudencio Giménez Islavaleña, Reunió en cuatro libros sus versos: Che kirĩrĩ asapukái haguã (Para gritar mi silencio), Kirĩrĩ sapukái (Grito del silencio), Sapukái poesías inocentes y Sapukái sunu (El grito del trueno). Tambien escribió en español.
Recibió el Gran Maestre de la Orden Nacional del Mérito, en 1997, la Orden Nacional del Mérito, grado José Falcón, en el 2005, y Orden Nacional del Mérito, grado Gran Cruz.
Fuente IP Paraguay
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