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La fiscal Olga Melgarejo, de la Unidad Zonal de Minga Porá, presentó pruebas irrefutables contra el acusado, durante la audiencia pública. Tras la valoración de los elementos de convicción, los magistrados Zunilda Martínez Noguera, Herminio Montiel y Marino Méndez - integrantes del Órgano juzgador - dictaron el fallo condenatorio.

El crimen ocurrió el 20 de enero de 2016, en la colonia Santa Lucía del distrito de Itakyry, en el predio de una vivienda, que es de los patrones de Talavera Amarilla. La detención del criminal se hizo efectiva diez días después, el 30 de enero, en la localidad de Ape Aimé, departamento de Itapúa, cuando estaba a punto de viajar a la Argentina para ocultarse.

Aquel 20 de enero, los padres del menor E.N., denunciaron su desaparición, y la Fiscalía emitió una orden de búsqueda y localización. Luego, el 25 del mismo mes, el patrón de Claudelino Talavera comunicó al Ministerio Público la misteriosa desaparición de su empleado, quien de la noche a la mañana dejó de ir al trabajo, donde además vivía.

Posteriormente, el 29 de enero, Claudelino Leonardo Talavera llamó por teléfono a su hermano Avelino Talavera, a quien le confesó que había matado al menor y enterrado el cadáver en el interior del gallinero, en la vivienda de sus patrones. A raíz de esa delación se pudo encontrar el cuerpo desmembrado del chico, así como la posterior detención de su asesino.

En el marco de la investigación, el Laboratorio Forense de la Fiscalía General del Estado encontró restos de semen del autor del hecho en la ropa de la víctima, determinando de esa manera que sufrió abuso sexual antes de ser ultimada. El acusado, en su declaración indagatoria en sede de la Fiscalía, confesó haber sido el autor del crimen, y dijo que mantenía relaciones íntimas con el menor.

Señaló igualmente que, en el día del hecho y en ausencia de sus patrones, el chico le habría atacado con un cuchillo; que él le desarmó y le aplicó una puñalada que le causó la muerte en forma casi instantánea. Declaró que decidió cortar en pedazos el cadáver de la víctima para reducirlo, y poner los miembros en una bolsa y enterrarlos en el pozo que cavó en el gallinero. El encausado repitió varias veces, en su indagatoria, que cometió solo el crimen.

Sin embargo, durante el juicio oral declaró ante el Tribunal de Sentencia que en aquella oportunidad brindó esa declaración presionado y que existía otra persona con directa responsabilidad en el crimen. Habló sobre un supuesto triángulo amoroso.  No obstante, durante el debate público, la Fiscalía hizo saber que el acusado varió su declaración en reiteradas oportunidades. Un estudio sicológico que le practicaron reveló además que el mismo sufrió abusos sexuales en su niñez.

Por último, el Tribunal de Sentencia recomendó al Ministerio Público proseguir con la investigación para determinar la participación de otros implicados. Esto, considerando que tanto los familiares de la víctima y del condenado manifestaron que existían más involucrados en el crimen y que no fueron identificados.

Fuente: Ministerio Público