La VoZ digital | "Humo" Sampaoli habló tras el mundial y dijo que sufrieron la presión

2018-10-09 | 08:33

Futbol Internacional

"Humo" Sampaoli habló tras el mundial y dijo que sufrieron la presión
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Gentileza. Gentileza.
El exentrenador de la selección argentina, Jorge Sampaoli, habló tras el fracaso en Rusia 2018. En una entrevista a la prestigiosa web española MARCA, dijo que en su país hay que ganar o ganar y con esa presión, a todos se les hizo imposible.

Jorge Luis Sampaoli Moya (Casilda, Santa Fe, 1960) no ha aparecido en los medios desde su salida del Mundial de Rusia. Ha estado en muchos sitios, entre ellos, Marbella, que le encanta. Sigue viendo fútbol y analizando el traspiés de Argentina en el Mundial de Rusia. Rompe su silencio -y no es un tópico- en MARCA. Ha estado desde el Mundial sin aparecer.

¿Por qué? Me tomé un tiempo para analizar mi proceso en la selección, para analizar el postMundial. Necesitaba este momento de análisis para sacar en claro cosas de cara a mi futuro. Hay quien podría interpretar que se escondió. ¿Es el caso? No, para nada. Simplemente, me tomé un tiempo para profundizar en esa experiencia vivida y para eso quise estar aislado y desmenuzar las cosas. Yo soy una persona que trabaja de entrenador de fútbol. Me alejé de la vida mediática. Pero no dejé de hablar con el mundo del fútbol, ni perdí mi vida social, ni dejé de ir al cine, ni de irme a tomar un café a un bar. Y nadie cara a cara me criticó, al contrario. "En Argentina hay mucha locura: si no 'ganás', 'sos un perdedor"

¿Qué lección sacó del Mundial? Fue un año en un lugar, la selección, de mucha tempestad, exigencia, obligación, inmediatez, donde nosotros y los jugadores estábamos obligados solo a ganar y en esa tesitura fue muy duro hacerla fluida, más allá de que todo estábamos muy involucrados. La mochila que tenía este grupo era demasiado pesada, estábamos todos empujados a un camino de obligación en la que era difícil hacer surgir el talento. Tempestad, obligación... Fue todo muy sufrido. Totalmente, para nosotros y los jugadores no era un juego ya. Pero, ojo, por el gran compromiso que había. Viajábamos a ver a los jugadores, hablábamos mucho con ellos. Fue un trabajo muy duro que no acabó prosperando porque solo había una opción: ser campeones del mundo. Y en esa obligación, ante cualquier adversidad, todo era más complejo. No pudimos disfrutar nunca. La meta era siempre demasiado alta. Da la sensación de entrenar en el campo era su última función, y no la primera. Nuestro trabajo de entrenador tiene hoy en día otras muchas facetas, que deben resolverse antes de salir a la cancha. Y más en una selección, donde crear un estilo es mucho más complejo. Hay pasos anteriores a intentar que la táctica o estrategia funcionen en el césped. Grupalmente, nuestro trabajo hoy es más complejo. "El problema no era que hubiera reuniones entre los jugadores, sino que se volvieran públicas"

¿Le decepciona eso?, usted que es muy purista de este juego. No hablo de decepción, hablo de mi gusto particular. Me responsabilizo de que en la selección no pude general mi estilo, lo que yo siento futbolísticamente, y eso me servirá para el futuro, porque yo quiero disfrutar del juego. Mire lo que pasó en el Mundial. Lo terminó ganando un país casi al contragolpe. Y uno de mis candidatos, que era España, se quedó fuera rápido. El campeón ganó a base de recuperación y carreras largas. Por eso, los que amamos el juego estamos un paso atrás a la hora de competir. Hoy en día, es mucho más fácil no dejar jugar y aprovechar alguna chance que proponer juego.

¿Tiene la sensación de que dejó de ser entrenador en algún momento durante el Mundial? Muchas veces tuve que acercarme a muchos futbolistas para que disfrutasen... No sé, yo creo que preparamos muy bien el Mundial, pero luego la Copa en sí no fue tan buena, obvio. Debíamos tener equilibrio para que la obligación de ganar que tenía el jugador argentino no generara más ansia. Cada partido era casi un sufrimiento. Pero dicho eso, le digo: nunca se dejó de entrenar bien, de preparar los partidos a fondo.

¿Le molestó las reuniones que los jugadores tenían? Toda reunión era para aportar. Fue un momento muy complejo. Todo lo externo se nos metió en la concentración. Pero todo se hacía para ayudar, para mejorar, para intentar ser, y no solo estar. Nos invadió la inmediatez, la necesidad. Pero el problema no son las reuniones, el problema es que las reuniones se vuelvan públicas. Los jugadores de Argentina del 86 se reunían constantemente, pero nos enteramos 20 años después de que salieran campeones. Yo creo filosóficamente en la participación y en el compromiso. En el fútbol y en la vida. Nos juntamos para buscar soluciones y, si eso termina en el living de las casas porque la televisión lo cuenta o en la pantalla de un celular por una red social, ocurre lo contrario. En este contexto, lo peor sería que pasáramos a juntarnos para destruir o que nos volviéramos escépticos hacia los otros.

¿Fue un error 'incorporar' a Mascherano a las decisiones de la selección? No, fíjese que yo lo tomo como una decisión honesta en pos de que Argentina prosperase como grupo. Busqué todas las maneras para involucrar al grupo, para tratar de que el jugador se sacase la mochila de no ganar, esa ansiedad que les impedía desarrollarse individual y colectivamente. Una cosa era los entrenamientos, que eran de un nivel altísimo, y otra los partidos, donde no podíamos sostener ese nivel de juego. Además, Masche era un gran jugador de fútbol.

¿Se arrepiente de algo? Yo creo que todo los que estuvimos allí fuimos honestos en la aportación. Y yo también. Le puse mucho corazón y sentimiento, pero no alcanzó. No creo que tenga que reprocharme cosas. En la adversidad aprendí mucho para el futuro. Puso mucho corazón, pero ha recibido críticas muy fuertes en su país. ¿Le duelen? No, fue parte de lo mismo. Las críticas fueron tan grandes como la expectativa que había. Yo llegué con el 95% de aprobación de la gente, pensando que Jorge Sampaoli podía darle a Argentina ese ansiado campeonato del Mundo con el más grande en la cancha. Y cuando no se dio, vino la crítica. Pero no tengo rencor con nadie.

¿Qué le dejó haber entrenado a Messi? Fue increíble, sobre todo por verlo tan comprometido, sufriendo mucho cuando no se ganaba. El mejor jugador de la historia estaba muy comprometido. Leo sufría como ninguno la imposibilidad de ser. Le pesaba como al que más no haber podido trascender grupalmente. ¿Es difícil entrenar a Messi?, en el sentido de que es solución -es el mejor- y problema -si falla él, no hay más-. Tener al mejor del mundo en tu equipo te obliga a una exigencia máxima. Y el resto debemos estar a su altura. Pero a veces se puede, y a veces no se puede. Y en esa lucha estábamos todos los días. Tener a Leo te obliga a no tener margen de error a la hora de ganar.

¿Qué opina del descanso que se ha tomado ahora en la Selección? Son decisiones muy personales. Solo él sabe qué necesita, y hay que respetarlo.

¿Cree que todavía se puede dar ser campeón con Messi en Qatar 2022? Tendrá 35 años. Por supuesto que si. Pero esto necesita un proceso, por todo lo que pasó hasta ahora. Y los procesos no se quiebran, se corrigen. Para el próximo Mundial o Copa América hacen falta organización, confianza ilimitada y saber que todo requiere un proceso. Es decir, si no se gana la Copa América, hay que mantener el proceso, no romperlo. Ya basta de esta locura de que si no 'ganás', 'sos' un perdedor. Y no es así: si se cree, se puede ganar aunque sea más tarde. Pero hay que creer. Pero esos valores están muy metidos en la sociedad argentina, no parecen propios solo del fútbol. Por eso tendrían que cambiar, porque con esos valores no nos ha ido muy bien últimamente como sociedad... ni en el fútbol. Es la histeria de la inmediatez, el ganar como sea. Y así no se puede. Proyectos, tiempo, corregir errores... Espero que suceda en el futuro. En mi época de la selección, ya ni siquiera se hablaba o criticaba mi estilo. Se hablaba solo de querer ganar como sea, y yo no entiendo eso. El exitismo en el fútbol argentino es moneda común. Es que hay cambios de entrenadores todos los domingos, se quiebran procesos... Y para generar grandes cambios, así como en la sociedad, se necesita respetar procesos. Si no, va a ser muy complejo todo. Imagínese a Messi, que viene de una estabilidad muy grande en su club de España. Allí maneja los tiempos... y llega a su país, Argentina, y tiene que ganar como sea, con una histeria colectiva muy grande. Así no se puede. Y si no gana, sabe que se le vienen muchas críticas. Así no se puede ni jugar ni disfrutar. "En Argentina, con la histeria de la inmediatez, no nos ha ido muy bien como país..."

¿Le pareció dura la crítica de Maradona a Scaloni, cuando dijo que este no podía ni dirigir el tráfico? Siempre digo lo mismo: yo hablo de mí, no de lo que opinen los demás.

¿Fue usted injusto con Armani? Ahora está en un gran momento, pero Caballero había tenido gran nivel ante Italia, venía jugando y nos daba cosas, como el roce con el fútbol europeo, que Armani no tenía. Armani nunca había enfrentado a jugadores europeos. El Mundial fue muy prematuro para nosotros. Nos clasificamos y rápidamente vino Rusia. No tuvimos tiempo para mucho, incluida la opción de ingreso de jugadores nuevos que no se quemaran para el futuro.

¿Habla de Icardi y Dybala? Estábamos con una necesidad inmediata de ganar, y había otros jugadores que venían del proceso de Brasil, con una final jugada a sus espaldas. Y yo aposté en el corto plazo por ellos. Teníamos un mapa de 100 jugadores para el corto, el mediano y el largo plazo. Pero nos cortaron el proceso tras lo de Rusia.

¿No le guarda rencor a los dirigentes que cortaron ese proceso? No, al contrario. Estoy agradecido de que me dieran la posibilidad. El presidente de la AFA -Chiqui Tapia- también vive en este mundo de obligatoriedad, de necesidad, de inmediatez, en el que yo también estaba. ¿Qué le puedo reclamar a Chiqui si en parte es una víctima de la sociedad argentina exitista?

 

Fuente MARCA.COM