Barack Obama, presidente de los Estados Unidos.

"No preveo una situación en la que podamos poner fin a la guerra civil en Siria mientras Assad permanezca en el poder", dijo Obama, días después de reunirse con el principal apoyo del presidente sirio, el ruso Vladimir Putin.

La suerte del oriundo de Damasco opone a occidentales con Moscú y Teherán y se ha convertido en uno de los principales escollos para trazar un plan de paz en Siria.

Obama y Putin se reunieron el domingo en Turquía y dieron muestras de acercar posiciones para llegar a un acuerdo.

El mandatario norteamericano insistió en que los sirios no aceptarán que Assad siga en el poder, tras una guerra civil en la que su régimen ha perpetrado ataques indiscriminados contra civiles.

"Incluso si dijera que me parece bien, no creo que funcionara", dijo Obama en Manila, donde se celebra la cumbre de la APEC.

"No podríamos conseguir que la mayoría de los sirios aceptaran este tipo de salida", reafirmó.

Los ataques de París y Beirut y el atentado contra un avión ruso en Egipto, todos ellos reivindicados por el grupo Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), han hecho más urgente tratar de hallar una solución en Siria, donde la organización yihadista está muy implantada.

Obama se reunió en la capital de Filipinas con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien le prometió que su país seguirá siendo un aliado "fuerte" en la lucha contra el ISIS, aunque no dará marcha atrás en su decisión de poner fin a los bombardeos en Irak y Siria.