La VoZ digital | La fuga de cerebros vacía Grecia

2019-07-03 | 09:12

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La fuga de cerebros vacía Grecia
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427.000 personas, según datos del Banco Central Griego, han abandonado el país 427.000 personas, según datos del Banco Central Griego, han abandonado el país
Grecia es un país pequeño, cuenta con 10,7 millones de habitantes.

LaVozpy.- Polymnia Rousou, arquitecta, tenía 27 años cuando un día de 2014 cogió la maleta y se largó de la isla griega de Kalymnos buscando un futuro mejor en Madrid. Dimitris, ingeniero informático, hizo otro tanto cuando tenía 26 años: ya lleva fuera de Grecia 11 años. Polyvious Dimiou, economista, tenía 26 cuando abandonó dando un portazo el país heleno: hoy trabaja en Bratislava. Evangelos Misyris, del Pireo, a las afueras de Atenas, se plantó en Barcelona en 2012 con 30 años recién cumplidos y su título de economista marino debajo del brazo, y ahí sigue: trabaja en una naviera.

Casi todas están protagonizadas por jóvenes griegos bien preparados, con estudios superiores y másteres. Y absolutamente todas tienen el mismo final: el personaje abandona Grecia, huyendo de la crisis y de la falta de perspectivas laborales.

Grecia es un país pequeño, cuenta con 10,7 millones de habitantes. Y está sufriendo una sangría humana de dimensiones brutales. Al menos 427.000 personas, según datos del Banco Central Griego, han abandonado el país heleno en la última década. Y otros estudios calculan que la cifra podría rondar en realidad el medio millón de personas. Traducido: casi un griego de cada 20 se habría dado el piro.

Son sobre todo los griegos de entre 20 y 40 años (la edad laboral más productiva) los que han salido en masa en estampida: el 35% de los que se han marchado estaban en esa franja de edad. Sólo entre 2008 y 2013 unos 223.000 jóvenes de entre 25 y 39 años dejaron el país, acuciados por una tasa de paro juvenil que en el peor momento de la crisis, allá por 2013, llegó al 60'% y que aunque hoy ha bajado al 40% (en parte como consecuencia de ese éxodo masivo) sigue siendo la más alta de toda Europa.

"LOS QUE SE QUEDAN SON HÉROES"

La mayoría de los que se han ido, el 55%, tiene estudios universitarios y de posgrado. Se calcula que la fuga de cerebros ya le costado a Grecia la friolera de 15.300 millones de euros. Y la factura no deja de crecer. "Yo soy de una isla del norte de Grecia muy pequeña, donde ya se sentía la crisis antes de que estallara. Casi todos los jóvenes que iban conmigo al instituto se han marchado, allí apenas queda ya ninguno", nos cuenta Polyvious Dimiou, economista, quien se marchó primero a Holanda a hacer un máster y que ahora trabaja en Eslovaquia.

Polymnia también salió corriendo. Estudió Arquitectura en Atenas y, al acabar la carrera, regresó a Kalymnos, la isla donde nació, y allí empezó a trabajar junto a su padre. "Pero la situación en Grecia era difícil, aunque tenía trabajo no conseguía independizarme ni ahorrar". Para entonces llevaba ya cuatro años de relación a distancia con Miguel, un español, así que decidió liarse la manta a la cabeza y se plantó en Madrid, donde imparte seminarios y clases de inglés o griego tanto a particulares como en empresas.

También ella dice que la mayoría de sus compañeros de universidad se han ido del país. "En Grecia o creas tu propia empresa o es muy difícil encontrar trabajo. Los sueldos son muy bajos, yo tengo compañeros arquitectos en Atenas que ganan 500 euros al mes. Algunos de ellos querrían irse, pero no pueden. Para irte necesitas un colchón de dinero y contactos", subraya esta griega. "Los que se han quedado allí son unos auténticos héroes. Mi hermano, de 28 años, es uno de esos héroes. Les admiro. Yo no aguanté", admite.

"GRECIA NO OFRECE OPORTUNIDADES"

Dimitris tiene 39 años recién cumplidos y lleva 11 en Madrid. Llegó al terminar la carrera de Ingeniería informática en la escuela de Atenas y de hacer un máster sobre procesamiento de imágenes médicas en tres dimensiones. "Me fui por el disgusto general que había acumulado. Trabajaba, sí, pero con chanchullos", cuenta. Se tenía que dar él de alta como si fuera autónomo, constaba que tenía un horario a tiempo parcial cuando no era así... El colofón fue cuando le llegó una carta del Ejército diciendo que se tenía que presentar para cumplir con el servicio militar. A él, que es antimilitarista...

Su novia de entonces, griega, estaba en España con una beca Erasmus. Y Dimitris decidió irse con ella. "Grecia ha mejorado algo durante los últimos años, pero sigue siendo un país que no ofrece grandes oportunidades. Todos mis amigos están en Nueva York, en Holanda... Grecia está muy bien para ir de vacaciones y ver a la familia, pero no para vivir. No ofrece oportunidades profesionales ni buenas prestaciones sociales", sentencia.

"Yo tenía trabajo en Grecia, sí, pero no para vivir medianamente bien. No veía futuro, el sueldo era muy bajo. Busqué y busqué pero no encontré nada mejor. Así que decidí irme", asegura a EL MUNDO.es Evangelos Misyris. Hoy vive y trabaja en Barcelona y, por ahora, no se plantea regresar a su país.

 

"Yo echo de menos mi isla, la tranquilidad que hay allí, a mis padres, a mis amigos... Pero aún no he encontrado nada que me permita volver y mantener en Grecia el status de vida que tengo en Madrid. Así que por el momento no pienso en volver", concluye Polymnia.

Y a la fuga de cerebros se suma que la crisis ha hecho caer la tasa de natalidad a 1,24 hijos por pareja. Un informe del Parlamento heleno estima que en los próximo 20 años la población del país se reducirá hasta los 9,5 millones de personas.