Kim Jong-un y Donald Trump. GENTILEZA

Las interrogantes ante una posible nueva cumbre de los líderes de Corea del Norte y Estados Unidos se han ido acrecentando, y sobre todo la duda era si esta se podría dar antes de las elecciones presidencias estadounidenses. Es una pregunta que se ha planteado en numerosas ocasiones.

El miércoles, se le preguntó nuevamente al Secretario de Estado de los Estados Unidos, Mike Pompeo, quien dijo que el presidente Donald Trump celebraría otra cumbre, pero solo si es probable que avancen en el acuerdo que alcanzaron en Singapur.

En su primera cumbre en Singapur en junio de 2018, Trump y Kim Jong-un acordaron trabajar para lograr la desnuclearización completa de la península de Corea y mejorar las relaciones bilaterales.

Sin embargo, los esfuerzos se estancaron desde la segunda cumbre en Hanoi en febrero de 2019, que colapsó debido a las diferencias sobre el alcance de la desnuclearización de Corea del Norte y el alivio de las sanciones de los Estados Unidos.

A pesar de las perspectivas de una tercera cumbre entre las dos partes, el secretario de Estado norteamericado minimizó la posibilidad.

Según Pompeo, el Norte ha dado "señales mixtas" y ha decidido "no comprometerse".

A principios de este mes, el subsecretario de Estado de EE. UU., Stephen Biegun, también rechazó la posibilidad de una reunión en persona, citando la pandemia de COVID-19.

Sin embargo, Pompeo reafirmó la postura de Washington sobre la importancia de desnuclearizar la península y brindar estabilidad a la región.

Dijo que, para lograrlo, Estados Unidos necesita un "socio dispuesto", y agregó que los norcoreanos "han elegido en este momento no participar de una manera que pueda conducir a una posible solución".

Él mantiene la esperanza de que el Norte cambie de opinión, diciendo que la administración Trump espera colaborar con ellos para obtener el "resultado correcto".

Fuente Arirang (Traducción)