2020-11-14 | 08:08
Estados UnidosHablan de la transición más caótica de la historia en Estados Unidos
Tan importante es este proceso, que desde hace tiempo está cuidadosamente regulado y protocolizado. Algunas pautas las establece la costumbre, pero muchas otras fueron establecidas por la Ley de Transición Presidencial sancionada en 1963. Su finalidad es que haya un traspaso de mando progresivo, a través de un cogobierno que comienza en los días posteriores a la elección y concluye el 20 de enero siguiente, cuando asume el nuevo presidente.
Nada de eso va a pasar por el momento. A más de diez días de los comicios y a una semana de que el consenso de analistas y observadores independientes diera ganador a Joe Biden con al menos 290 electores —20 más de los que necesita para ser presidente—, Donald Trump se niega a aceptar la derrota. Dice que él es el legítimo ganador y que su rival solo lo supera sumando “votos ilegales” por medio de un fraude.
A pesar de no haber presentado ninguna evidencia de irregularidades a gran escala, cree que la Justicia le va a dar la razón. Al menos eso es lo que dice.
Es cierto que el resultado de la elección no es todavía oficial. Primero, las autoridades de cada estado tienen que certificar quién ganó en su territorio, lo que puede demandar semanas. Luego, el 14 de diciembre, se reúnen los electores de cada jurisdicción y sufragan por el candidato para el cual fueron electos. Y, finalmente, el 6 de enero el Congreso cuenta los votos electorales. Solo entonces el resultado pasa a ser oficial.
Si siempre se esperara tanto tiempo, nunca habría transición. Por lo general, basta el recuento provisorio de los votos para que el perdedor reconozca al ganador y se ponga en marcha el cambio de mando. No está claro si Trump va a estar dispuesto a eso en algún momento, ni siquiera después de que los tribunales desestimen sus reclamos.
“Normalmente, los funcionarios clave del gobierno saliente empiezan a compartir información con los miembros del nuevo equipo, especialmente en áreas como seguridad nacional. De hecho, se establecen oficinas casi paralelas durante un tiempo, para facilitar la transición. Esto se debe en parte a que la tarea es inmensa para la administración entrante. Hay presupuestos multimillonarios, más de dos millones de empleados civiles y dos millones de empleados militares, y unos 4.000 nuevos nombramientos por hacer. El caos de Trump impugnando los resultados hace mucho más difícil para Biden lograr una transición exitosa”, explicó Paul Teske, decano de la Escuela de Asuntos Públicos de la Universidad de Colorado en Denver, consultado por Infobae.
Fuente INFOBAE
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