La VoZ digital | COVID-19: la luz ultravioleta podría convertir a los espacios cerrados en seguros

2020-11-30 | 04:43

Coronavirus

COVID-19: la luz ultravioleta podría convertir a los espacios cerrados en seguros
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Gentileza. Gentileza.
Muchas actividades, e incluso los hogares, son espacios cerrados donde la propagación del coronavirus es mayor. Localizar soluciones posibles para convertirlos en inofensivos es una meta de interés durante la pandemia. En un documento publicado en The Conversation, Karl Linden, profesor de ingeniería ambiental y en desarrollo sostenible de la Universidad de Colorado, explica que el SARS-CoV-2 se vuelve inofensivo con la luz ultravioleta. Sin embargo, el dilema es cómo hacer buen uso de ella porque puede ser perjudicial para las personas.

El virus se propaga de varias formas. La principal vía de transmisión es el contacto de persona a persona a través de las gotitas emitidas cuando un individuo enfermo respira, habla, canta o tose. El virus también puede transmitirse cuando los sujetos se tocan la cara poco después de haberlo hecho en superficies que han sido contaminadas por otros infectados. Esto es especialmente preocupante en entornos de atención médica, espacios comerciales donde la gente toca con frecuencia mostradores y mercaderías, y en medios de transporte.

“He observado -dice Linen- que los rayos ultravioleta se pueden utilizar para reducir el riesgo de transmisión a través de ambas rutas. Las luces UV pueden ser componentes de máquinas móviles, ya sean robóticas o controladas por humanos, que desinfectan superficies. También pueden incorporarse en sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado o colocarse dentro de los flujos de aire para desinfectar el aire interior. Sin embargo, los portales ultravioleta que están destinados a desinfectar a las personas cuando ingresan a espacios interiores probablemente sean ineficaces y potencialmente peligrosos”.

El súpercolor de esta luz

La radiación electromagnética, que incluye ondas de radio, luz visible y rayos X, se mide en nanómetros o millonésimas de milímetro. La radiación ultravioleta consta de longitudes de onda entre 100 y 400 nanómetros, que se encuentra un poco más allá de la porción violeta del espectro de luz visible, eso las hace invisibles al ojo humano. Los rayos UV se dividen en las regiones UV-A, UV-B y UV-C, que son 315-400 nanómetros, 280-315 nanómetros y 200-280 nanómetros, respectivamente.

 

 

Fuente INFOBAE