La VoZ digital | COVID-19: hacer actividad física después de recibir la vacuna podría potenciar sus beneficios

2022-02-10 | 23:53

Coronavirus

COVID-19: hacer actividad física después de recibir la vacuna podría potenciar sus beneficios
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Ya hay 12 vacunas contra el COVID-19 autorizadas para uso de emergencia en el mundo. A través de ensayos clínicos, esos inoculantes han demostrado que son seguras y eficaces para reducir el riesgo de desarrollar enfermedad grave si una persona se contagia el coronavirus.

Un estudio científico reveló que los beneficios de esas vacunas pueden potenciarse si se realiza actividad física después de recibir la aplicarse. Detallaron incluso cuánto tiempo de actividad, como una caminata rápida, debería ser lo ideal para conseguir aumentar la protección de la vacuna.

El estudio fue realizado por investigadores del Departmento of Kinesiología, el Programa de Inmunobiología y el Instituto de Nanovacunas de la Universidad del Estado de Iowa, en los Estados Unidos. Encontraron que hacer una caminata rápida larga, trotar o andar en bicicleta después de la aplicación de la vacuna Covid o de la gripe amplifica los beneficios de la inyección.

En el estudio participaron 70 personas y unos 80 ratones. Se analizaron las respuestas de los anticuerpos después de una inyección de la vacuna contra la gripe o de las dos dosis de la vacuna de ARN mensajero contra el COVID-19 de las empresas Pfizer y BioNTech. Se comprobó que las personas que hacían ejercicio durante 90 minutos justo después de la inyección producían más anticuerpos que las que no lo hacían.

Si bien los resultados del estudio son preliminares y deben probarse en un mayor número de personas, se suman a otras evidencias científicas que demuestran que si una persona se mantiene en forma y es físicamente activo se consigue respuestas más robustas al acceder a las vacunas. El trabajo fue publicado en la revista Brain, Behavior, and Immunity por el grupo de inmunobiólogos.

“La actividad física contribuye a una mejora del sistema inmune. Ya se había observado en los años noventa con la pandemia por el VIH: si los pacientes hacían actividad física, se favorecía”, dijo a Infobae el doctor Francisco Nacinovich, de la comisión de vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología y jefe de infectología del Instituto Cardiovascular (ICBA). “Si bien tiene limitaciones porque la muestra es pequeña, el nuevo estudio realizado en los Estados Unidos viene a derribar el mito de que no se puede hacer actividad física después de recibir las vacunas. Sí se pueden hacer caminatas rápidas, andar en bicicletas o trote, después de aplicarse la dosis, y se amplifican sus beneficios”.

Para hacer la investigación, los científicos pidieron a los participantes que se vacunaban contra la gripe o el COVID-19 que también hicieran ejercicio. Comenzaron invitando a docenas de adultos sanos de entre 18 y 87 años que decían hacer ejercicio ocasionalmente a que acudieran al laboratorio para vacunarse contra la gripe. Los científicos también coordinaron con los centros locales de vacunación para COVID-19 para reclutar a 28 hombres y mujeres que iban a recibir sus primeras dosis. Antes de las vacunas, los investigadores extrajeron sangre de todos los voluntarios para comprobar los niveles de anticuerpos.

A continuación, los investigadores asignaron aleatoriamente a todos a sentarse en silencio o a hacer ejercicio durante 90 minutos después de recibir la vacuna. Investigaciones anteriores habían sugerido que hacer ejercicio después de recibir una vacuna aumentaba la respuesta inmune. Y eligieron 90 minutos como objetivo general de ejercicio porque una investigación inédita de su laboratorio sugería que esa cantidad de ejercicio aumentaba sustancialmente la producción de una sustancia en la sangre -llamada interferón alfa- que puede desencadenar la producción de células del sistema de defensas del organismo.

Un grupo de voluntarios se ejercitaron al usar una bicicleta fija o caminaron rápidamente durante 90 minutos después de sus vacunas, ya sea en el laboratorio o en las veredas cercanas a los lugares de vacunación de COVID-19. Se ejercitaron a un ritmo ligeramente exigente, con el objetivo de mantener su ritmo cardíaco entre 120 y 140 latidos por minuto. Los investigadores también pidieron a algunos de los voluntarios vacunados contra la gripe que usaran la bicicleta fija durante sólo 45 minutos, para ver si el entrenamiento más corto podría ser igualmente eficaz para aumentar la inmunidad.

Como los niveles de anticuerpos tienden a aumentar en las semanas siguientes a la vacunación, los investigadores volvieron a extraer sangre a todos los voluntarios dos y cuatro semanas después de sus vacunas. Al cabo de un mes, los niveles de anticuerpos de todos los vacunados contra la gripe o el COVID-19 aumentaron considerablemente.

Pero esos niveles eran más altos en los hombres y mujeres que habían hecho ejercicio durante 90 minutos después de recibir la dosis. Esa amplificación de los niveles de anticuerpos no fue enorme, pero fue estadísticamente significativa, según Marian Kohut, profesora de kinesiología y miembro del Instituto de Nanovacunas de la Universidad Estatal de Iowa, que fue una de las coautoras del trabajo.

 

 

 

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