Imagen ilustrativa. GENTILEZA

El estilo sí es negociable en el Liverpool. En su fútbol se mezclan varias corrientes con enorme éxito. Klopp, amante del rock, toca todos los palos. El ADN red no está en la posesión ni en el contraataque. Es el altísimo ritmo con el que juegan sus partidos, compiten y atosigan a sus rivales. Siempre quieren más. No saben jugar a menos de 200 por hora y así se llevaron por delante al Manchester United (4-0) en el 'clásico'.

El Liverpool les aplastó en Old Trafford con una 'manita' histórica (5-0) y repitió en casa. Se quedó a un suspiro de otro 'manotazo' de época a su gran oponente. Están a un nivel tan alto que un ManU. con una crisis cronificada fue un 'juguete roto' en sus manos. La distancia entre ambos es más grande que los 22 puntos que les separan en la tabla.

El triunfo del 'Pool' les colocó líderes de la Premier con dos puntos más que un Manchester City que todavía tiene que recibir al Brighton. Más presión para Guardiola y sus pupilos, que no pueden fallar en el Etihad si quieren volver a ser campeones. El póker de títulos comienza a ser más que un sueño rojo.

El Liverpool se exhibió en un Anfield que arropó a Cristiano Ronaldo tras el fallecimiento de su hijo durante el parto. Todo el estadio se puso en pie en el minuto 7 y entonó el 'You'll never walk alone' en honor a CR7 y Georgina Rodríguez. Los 'reds' son líderes y caballeros. Su afición es otro rollo.

El 'Pool' lució todo su catálogo. Tuvo más de un 72% de posesión y anotó goles saliendo desde atrás, con combinaciones eternas, que firmarían Pep o Xavi. También corrió y 'mató' a la contra como les gusta a Simeone y a Mourinho.Thiago, que se marcó un partidazo, dirigió una orquesta que tuvo balón en kilos y toneladas de intensidad y ritmo. Interpretó las dos variantes a la perfección. Rangnick, que se inventó una defensa de tres con Phil Jones, no vio venir el chaparrón. Su United ni apareció.

Luis Díaz -qué fichaje de invierno- empujó una asistencia de Salah tras salir desde atrás en pocos toques y a todo gas. El 2-0 lo fabricaron en estático hasta que Mané se inventó un pase de primeras y de espaldas que Salah no desperdició.

Los 'reds' le dieron carrete al United en el segundo acto... y lo fulminaron a la contra. Como en Wembley frente al City, se vaciaron en el primer acto y contemporizaron en el segundo, aunque esta vez no sufrieron. Se gustaron.

Robertson y Luis Díaz galoparon y Mané cerró el duelo. Todo el tridente 'mojó' y el 'pichichi' Salah repitió. Fueron a por más dianas en busca de mejorar la diferencia general de goles, que es la que cuenta en la Premier. Ahora están en +61 los 'reds' y +52 los 'cityzens'. No tienen límites. Marca