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“Muchas felicidades al hermano presidente de Rusia, Vladimir Putin, en el día de sus cumpleaños. Los pueblos dignos, libres y antiimperialistas acompañan su lucha contra el intervensionismo (sic) armado de EEUU y la OTAN. El mundo encontrará paz cuando EEUU deje de atentar contra la vida”, escribió Morales en una publicación de Twitter que incluye una foto que lo muestra junto a Putin en su última visita a Moscú como presidente de Bolivia, en junio de 2018.

En las Naciones Unidas, el embajador del actual gobierno boliviano ya había respaldado la invasión de Ucrania por las tropas rusas. Y distintos analistas políticos advierten que se debe a que, aparte de las simpatías ideológicas, Bolivia tiene fuertes deudas con Rusia que le obligan a hacer siempre nuevas concesiones. Por ejemplo, Bolivia tiene que pagar a Rusia 84,4 millones de dólares este año, 105,5 el próximo y 380,7 millones en 2024 debido al proyecto ruso de habilitar el Centro de Medicina Nuclear y el Centro de Investigación y Desarrollo de Energía Nuclear en la ciudad de El Alto.

A principios de 2022, The Economist Intelligence Unit informó que un funcionario del gobierno ruso le pidió al gobierno boliviano, al día siguiente del acuerdo para la provisión de vacunas contra el Covid, que Rusia tenga acceso a los territorios bolivianos con yacimientos de tierras raras. Y luego, el gobierno de Putin pidió al gobierno de Arce que acepte la participación de una empresa rusa en la explotación del litio. Los detalles de estas relaciones con Rusia, incluido el precio de la vacuna Sputnik V, no pueden ser conocidos porque están protegidos por una “cláusula de confidencialidad”, según dijo el presidente Arce.

Las publicaciones The Hill y Covert Foreign Money también dijeron que el gobierno de Putin envió sus mejores asesores a Evo Morales en 2019 para que pueda participar en las elecciones de ese año a pesar de haber sido vetado por un referéndum y, además, ganarlas con fraude.

Una tan estrecha y oscura relación del gobierno boliviano con Rusia no se había dado antes. Si se hiciera un plebiscito, la población boliviana la rechazaría. Todas las encuestas muestran que los bolivianos condenan los crímenes del ejército ruso en Ucrania.

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