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Cuando un partido está muy igualado, las individualidades acaban por decidirlo. En la primera parte, ninguna individualidad fue decisiva para mover el marcador en el Parque de los Príncipes.Mbappé y Messi para el PSG tuvieron las mejores ocasiones de los parisinos, el delantero francés con acciones llenas de potencia y verticalidad y el argentino con sus clásicos regates y tiros con el interior del pie al palo largo. Les faltó precisión a ambos para poder acertar y batir a un porterazo como Lopes.

Finalizando casi la primera parte, Donnarumma cometió un penalti muy inocente sobre Lacazette. Sin embargo, el delantero francés no fue capaz de aprovechar la ocasión y mandó el balón al palo. El partido se iba al descanso con el resultado gafas.

Durante la megafonía previa al partido, anunciando el 11 del PSG, la afición parisina se hizo presente con una pitada al astro argentino. No es la primera vez que el futbolista argentino es pitado en su estadio y parece que Leo todavía no ha hecho las paces con su nueva afición.

En la segunda parte, el PSG mostró otra cara totalmente diferente. Con llegadas desde ambos costados con los laterales muy adelantados, se plantaban con mucho peligro en la portería del Lyon. Sin embargo, el fútbol es caprichoso y en una de las muchas transiciones ofensivas que estaba haciendo el conjunto 'lyonnais' liderada por Kumbedi se iban a poner por delante gracias a un remate de primeras en el segundo palo de Barcola que hacía saltar por los aires el Parque de los Príncipes.

Nos esperábamos un asedio del PSG tras el gol, pero ni mucho menos. El Lyon tuvo el partido muy controlado y ni Messi ni Mbappé fueron capaces de superar a la defensa plantada por Laurent Blanc. El PSG no encajaba 29 goles a estas alturas de campeonato desde la temporada 2011-2012.

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