A mediados de los 90, Brad Pitt era uno de los actores del momento en Hollywood... y en el mundo entero. Por un lado, no gustaba la amistad de Brad Pitt con el Dalai Lama. Por otro, la película supone un canto a la libertad del Tíbet, exponiendo a China como la parte opresora del filme.
Tras protagonizar 'Entrevista con el Vampiro' ('Interview with the Vampire: The Vampire Chronicles', 1994), 'Leyendas de Pasión' ('Legends of the Fall', 1994), 'Seven' (1995) y '12 Monos' ('12 Monkeys', 1995), el actor decidió dar un giro a su carrera y probar algo nuevo: dar vida al famoso alpinista austriaco Heinrich Harrer en 'Siete Años en el Tíbet' ('Seven Years in Tibet').
Quien le iba a decir al bueno de Brad Pitt que aquella aventura montañosa, además de muchos quebraderos de cabeza, le iba a suponer la prohibición de entrar a China durante 17 años.
La historia se remonta a 1997, cuando Jean-Jacques Annaud fue elegido para adaptar la historia de Heinrich Harrer, un alpinista austriaco que buscaba coronar el Nanga Parbar en nombre de la Alemania nazi, misión que no completó, con el añadido de que la II Guerra Mundial estalla cuando está descendiendo y es apresado por soldados ingleses en territorio indio.
La película cuenta el intento de huida de Heinrich Harrer (en la foto) del campo de concentración en el que es recluido junto a su compañero Peter Ausehnaiter y cómo conocer al Dalai Lama, tras conseguir escapar, cambiará su forma de ver las cosas, el mundo y la vida.
Brad Pitt fue seleccionado para dar vida al protagonista, lo cual implicaba pasar una larga temporada en el Tíbet, una experiencia que, hasta que se torció, Brad Pitt calificó de maravillosa.