Por salud mental, es importante evaluar bien a las personas antes de confiar en ellas.

En tercera persona. Los mentirosos tienen a hablar evitando en lo posible el “Yo”, prefieren echar la carga a un “el” o “ellos”, distanciándose de la situación y de las responsabilidades. Mientras más impersonal sea, mayores son las probabilidades de que te estén mintiendo.

Lenguaje complicado. Otra de las señales es que las historias de quienes mienten son muy elaboradas, rimbombantes y plagadas de detalles. Esto, según estudios psicológicos, es para minimizar las preguntas que se le puedan hacer, pero tiene una obvia debilidad: nunca dicen lo mismo sobre un tema que le comprometa, sino que le agrega o le quita algo a su defensa.

Negatividad. Esta señal tiene que ver más con la culpa subconsciente que se siente. Así que atención cuando estás hablando con alguien que siempre tiene pretextos para justificar las cosas, nunca se atribuyen la irresponsabilidad sino que tienen todo un cuento para coartar su ausencia, falla o incumplimiento.

Bien vale tomarse unos segundos y analizar lo que nos dicen y cómo lo hacen, estar atentas puede ayudarnos a saber si estamos escuchando una novela de ficción o la pura verdad.