¿Será que hay algo que están escondiendo por eso solo dejan el acceso a un sector?

Fue el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP), el primero en hacerse eco de los graves hechos que apuntan principalmente al director de la institución, el coronel Félix Flor, así como a su subalterno el Mayor Guillermo Moral a quienes acusan de apañar la violación de los derechos fundamentales tanto del personal militar como de los que se encuentran recluidos. El MNP primeramente solicitó ingresar al predio de la prisión, pedido que le fue negado rotundamente, posteriormente solicitaron vía nota formal al presidente de la República, Santiago Peña, que ordene la intervención del penal.

Llamativamente, días después de esta solicitud, un grupo encabezado por el Defensor del Pueblo, Rafael Ávila junto al vocero de las FF.AA visitó la cárcel de modo a interiorizarse de las denuncias. A diferencia de la comitiva del MNP, la Defensoría corrió con mejor suerte y a ellos sí les abrieron las puerta, ¿Por qué a un sector sí a otros no? ¿Existe preferencia y a qué responde eso? Es la gran pregunta.

Ávila recorrió todas las áreas de la penitenciaria y posteriormente, dijo a los medios de prensa que no ha encontrado algo fuera de lugar. ️”Creo que están tratando de querer desestabilizar la administración que yo veo con mucha fortaleza”, agregó con respecto a las denuncias de tortura.

La pregunta es ¿por qué existió esa excepción con una y otra institución, cuando por Ley está establecido que el MNP tiene potestad de corroborar denuncias referentes a lesa humanidad? ¿Por qué Ávila juzga y habla de desestabilización cuando no se sabe si pudo conversar con alguna de las supuestas víctimas? Es más no recogió la versión del Sargento Ayudante, Ramón Rojas, una de las víctimas según las denuncias que saltaron a la luz. ¿Por qué sacó una conclusión tan precipitada, cuando se supone debe ser un estamento neutral de control?

LA EXTRAÑA ENTREVISTA QUE DIO ÁVILA: 

No cabe dudas que las paredes de la prisión de Viñas Cue han sido testigos mudos de muchos tratos crueles cuyas víctimas no han encontrado aún en las autoridades el amparo suficiente como para exigir justicia. Nuestras fuentes aseguran que existe mucho temor por parte de los denunciantes, temor a las represalias teniendo en cuenta que los acusados han estado en la institución por mucho tiempo y gozan de la plena confianza de grupos de poder.