Coronel José Flor, uno de los principales denunciados por maltratos.

Sin embargo, el Mecanismo de Prevención de la Tortura, en su informe señala el encubrimiento y la desidia por parte de los órganos contralores de las FF.AA ya que aseguran que Flor cuenta con una foja impecable. En el 2019, Flor era director del área penal en Viñas Cue y hubo denuncias en su contra por maltrato y varios abusos. Este caso nunca fue investigado, nadie se dignó a hacer diligencia alguna y muchos menos abrieron un sumario para determinar la veracidad de los reclamos. ¿Por qué? Nadie sabe.

Ahora Moral enfrenta una acusación mucho más grave y que tiene que ver con la denuncia por maltrato psicológico al recluso Miguel Insfrán, alias Tío Rico. Hasta el momento la fiscal del caso, Susy Riquelme, no ha dado señales de que el proceso esté corriendo. El abogado Álvaro Arias defensor de Insfrán, dijo que Moral incumple órdenes establecidas por la jueza Rosarito Montanía.

Indicó que su cliente, quien ya está sometido a proceso, solo sale 1 hora fuera de su celda, tiene las luces prendidas 24 horas, tiene prohibido hablar con otros reclusos y anda rodeado de 8 custodios todo el tiempo. El letrado pide que Insfrán, acusado por nexos con el narcotráfico, acceda a las condiciones impuestas por la magistrada del caso.
A esta petición Moral ha hecho oídos sordos.

Ante tanta protección, el mayor se ha convertido en un intocable en filas castrenses. Ninguna denuncia en su contra prospera y a medida que saltan los cuestionamientos sobre su labor al frente de la prisión, recibe aún más apoyo para seguir ejerciendo dominio sobre reclusos y hasta funcionarios. ¿Hasta cuándo seguirán con estas prácticas? ¿Cuánto más hay que denunciar a Moral para que sea pasible de una investigación formal y seria?