Viñas Cue sigue siendo una caja de Pandora difícil de abrir.

La acusación es por tortura psicológica y por no cumplir con el régimen impuesto por la jueza Rosarito Montanía. Pasaron más de dos meses de aquella denuncia, pero hasta el momento nada se ha hecho. “Todo sigue igual, yo nunca pude hablar con el director Flor”, indicó Arias a la Voz Digital. La fiscal del caso Sonia Sanguines tampoco ha dado muestras de que el caso esté siguiendo su curso, a pesar de llamadas y mensajes no ha respondido hasta el momento.

“Mañana iré a verlo de nuevo”, anunció Arias, respecto a su cliente. El Mecanismo de Prevención de la Tortura en el 2021 había sugerido que se lo aparte del cargo a Flor, por denuncias anteriores, eso no ocurrió. Elevó un informe a la Corte Suprema Militar donde sugería que se lo aparte del puesto al mayor Guillermo Moral, jefe del área penal, a esta solicitud también hicieron caso omiso, a pesar de los testimonios de 16 suboficiales.

La justicia tanto ordinaria como castrense han tomado a la ligera estos casos que ya son reiterativos. Incluso mantienen impecable la foja de servicio del coronel Flor, cuando que en el 2019 se produjo un escándalo mayor dentro de la cárcel. Las torturas, los tratos denigrantes, la violencia verbal y hasta física ejercida por los altos mandos dentro de la prisión, no cesarán a menos que haya un castigo ejemplar.

La sobreprotección principalmente hacia Flor, lo ha sostenido a lo largo de estos años, mientras continúan las mismas quejas, las mismas denuncias y los mismos tratos hacia quienes son los más débiles. La fiscalía de DD.HH está obligado a urgar estos hechos, más allá de sus implicancias.