Viñas Cue sigue siendo una caja de Pandora difícil de abrir.

Desde entonces la representante del Ministerio Público se ha hecho cargo de las múltiples denuncias de tortura que salpican sobre todo a las filas castrenses.
Su actuación hasta ahora ha sido parcialista y tendenciosa. En el caso del cadete Rubén Medina, quien denunció con nombres y apellidos hechos de tortura física en la ACADEMIL, Sanguinés ha sido muy cuestionada ya que hasta ahora los familiares de la víctima señalan que la misma se niega a dar copia de la carpeta fiscal.

La denuncia, que ya data de años anteriores, sigue sin tener si quiera un imputado. Solicitaron el cambio de fiscal, pero no les hicieron caso. Sanguinés también lleva adelante la denuncia contra el director del penal de Viñas Cue, José Daniel Flor Sánchez, acusado por tortura psicológica. El expediente igualmente duerme en los cajones del Ministerio Público.

No ha realizado aún ninguna diligencia que dé esperanzas de al menos un avance en cuanto a este hecho que no es el único dentro de las paredes de la prisión militar. Mientras que para otros hechos su actuación fue en tiempo récord y casi automática. La fiscal igualmente se hizo cargo de los últimos hechos de tortura por parte de militares pertenecientes al Regimiento Escolta Presidencial.

Sanguinés rápidamente envió los documentos de detención para que los acusados vayan a Viñas Cue. Realizó allanamientos, incautó hasta las tablas de madera con el que los tenientes golpearon a sus subalternos. Esta misma celeridad es la que se espera de la agente en los demás casos citados anteriormente. De lo contrario seguirá mostrando que la justicia solo llega para los más débiles.