Gentileza

"Cualquier noche podemos ganar a cualquier equipo de la NBA, pero cualquier noche cualquier equipo de la NBA nos puede patear el trasero. ¿Cuál es nuestro récord? 24-25. ¿Menos del 50%? Ahí lo tienes", dijo molesto en los vestuarios después de jugar por primera vez este curso partidos en noches consecutivas, lo que a sus 39 años ya es un exceso.

"Cuando estoy lo suficientemente sano como para salir a jugar, trato de hacerlo a un alto nivel, ayudar a mis compañeros a hacer grandes cosas en la cancha, trato de ser productivo", aseguró. Hizo 20 puntos, nueve rebotes y ocho asistencias en ausencia de Anthony Davis, que fue baja por un problema en la cadera y el tendón de Aquiles. Se echaron de menos sus 24,9 puntos y 12,1 rebotes de media pero sobre todo su defensa. "Cuando él está, nos protege en esa tercera línea de defensa. Cuando él no está, tiene que haber una comunicación constante", lamentó LeBron.

Los Lakers no han ganado cuatro partidos seguidos en lo que va de campaña. No hablamos de una proeza. Es una racha de lo más normalita que los angelinos han sido incapaces de conseguir. Enlazar tres triunfos son su tope del curso. Después, patinazo. De ganar el In-Season Tournament y soñar con todo a profundas decepciones. Eso a LeBron le tiene quemado. Y puede ir a más. Llegan tres citas más a domicilio, dos de ellas muy complicadas: Boston, Nueva York y Charlotte.

Sabiendo que su rival había jugado la noche anterior, los Hawks trataron de volar de inicio. Trae Young fue incisivo y acabó con 26 puntos (seis triples) y 13 asistencias. Dejounte Murray hizo 24 y nueve, respectivamente. Otros cinco jugadores de Atlanta llegaron a la decena en anotación para alcanzar rentas de hasta 20 puntos en el tercer cuarto. Los Lakers ya no llegaron a bajar de la barrera de los 10.

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