Ahora, de ahí a hacerse una foto para Instagram, en la que parezca otra persona, hay un trecho. Pero eso es, exactamente, lo que ha ocurrido tras el Festival de Coachella.
Megan Fox, en una colaboración con Wella, se ha hecho una foto espectacular con pelo azul, extensiones, su mirada penetrante y un gesto de belleza indescriptible. ¿El problema? Que no parece ella.
Sí, nadie duda que es Megan Fox, está tan guapa como habitualmente está Megan Fox, pero en un contexto alejado de Instagram, a mucha gente le costaría reconocer que es la actriz.
De hecho, la mayoría de los comentarios coinciden en que la actriz aparenta bastantes menos años que los indicados en su partida de nacimiento (mayo 1986).
¿Maquillaje? ¿Filtros? ¿Contraluz? ¿Un poco de todo? Sea lo que sea, hay dos cosas claras en esa foto: Megan Fox no parece Megan Fox pero sigue siendo bella como Megan Fox.