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El motivo de las tensiones entre ambos países inició el pasado 29 de enero cuando Irán realizó pruebas de lanzamiento de misiles de medio alcance, capaces de albergar carga nuclear, que despertaron la alerta de los Estados Unidos.

El presidente Donald Trump informó a través de su cuenta de Twitter que Irán ha sido puesto “bajo aviso” luego de estas pruebas y acusó que los Estados Unidos ha hecho “un trato terrible” con dicho país, en referencia a la firma de un acuerdo en el 2015, del que el expresidente Barack Obama fue partidario, y con el que se llegó a un acuerdo con Irán de que detendría el desarrollo de su programa nuclear con fines militares, tras meses de disputa internacional.

El asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Michael Flynn, informó en conferencia de prensa el día de ayer que la “era Obama ha acabado” y el nuevo equipo de gobierno considera a ese tipo de pactos como “débiles e ineficaces”.

En el comunicado se informa que “el continuado apoyo de Irán al terrorismo y desarrollo de su programa de misiles balísticos supone una amenaza a la región, a nuestros socios en todo el mundo y a Estados Unidos”, señaló la agencia EFE.

Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, informó momentos después a través de su cuenta de Twitter que Irán “nunca usará sus armas contra nadie, excepto en defensa propia”. Y terminó con un desafío: “veamos si algunos de los que se quejan pueden decir lo mismo”.

Irán confirmó que realizó el lanzamiento de un misil de prueba y que dicho ensayo fue realizado en el marco del programa industrial militar iraní, por lo que Teherán “no permitirá a los extranjeros meterse en los asuntos de nuestra defensa”, según lo señalado por un alto funcionario iraní a la agencia Sputnik.