2017-03-09 | 19:26
HistoriasLa odisea de una mujer que perdió la mitad de su rostro por una necrosis
Sin ayuda médica, los familiares de, Soth Srey de 18 años y residente en Siem Riep, perdieron la esperanza para salvar a su hija, quien en diciembre contrajo un catarro o una alergia -los médicos aún no lo han esclarecido-, antes de sufrir una infección en la nariz que degeneró en una necrosis.
La necrosis, que consiste en la muerte de las células debido a un agente invasor o una deficiencia inmunológica, entre otras causas, ha carcomido media cara de la joven hasta dejar una gran herida profunda y oscura.
Hace menos de un mes, el caso de la camboyana llegó a través de las redes sociales a la expatriada Yulia Khouri, residente también de Siem Reap, en el noroeste de Camboya.
Las donaciones de Khouri y otras personas anónimas permitieron que Soth Srey haya sido ingresada en el hospital privado Sen Sok International de la capital camboyana, donde llegó el pasado 26 de febrero con 41 grados de fiebre, una neumonía septicémica, deshidratada y con 35 kilogramos de peso debido a la malnutrición.
Sin ayuda médica, los familiares de, Soth Srey de 18 años y residente en Siem Riep, perdieron la esperanza para salvar a su hija, quien en diciembre contrajo un catarro o una alergia -los médicos aún no lo han esclarecido-, antes de sufrir una infección en la nariz que degeneró en una necrosis.
La necrosis, que consiste en la muerte de las células debido a un agente invasor o una deficiencia inmunológica, entre otras causas, ha carcomido media cara de la joven hasta dejar una gran herida profunda y oscura.
Hace menos de un mes, el caso de la camboyana llegó a través de las redes sociales a la expatriada Yulia Khouri, residente también de Siem Reap, en el noroeste de Camboya.
Las donaciones de Khouri y otras personas anónimas permitieron que Soth Srey haya sido ingresada en el hospital privado Sen Sok International de la capital camboyana, donde llegó el pasado 26 de febrero con 41 grados de fiebre, una neumonía septicémica, deshidratada y con 35 kilogramos de peso debido a la malnutrición.
"Después de las operaciones y de que se inflamase su cara no fuimos a más clínicas", cuenta a Efe Boh Rey en el hospital Sen Sok.
La familia, compuesta por 5 hermanos y pobre, ya no contaba con más medios para el tratamiento postoperatorio, y optaron como último recurso por la medicina tradicional, mediante un ritual en el que un curandero sopló y escupió sobre la joven.
Fue tras este periplo médico cuando dos hospitales públicos de Siem Reap rechazaron de plano a la paciente, en uno de los casos sin dar un motivo y en el otro tras pedir por adelantado 500 dólares antes siquiera de intentar estabilizar a la joven.
"Cuando el personal médico, enfermera o doctor, ve a una persona que tiene una condición crítica, sangrado, fiebre alta, convulsiones, tenemos que detener esta condición, después podemos hablar de ingresar al paciente o transferirlo, de pagar o no pagar", opina la subdirectora de Sen Sok, la doctora Tatiana Turobova.
Por su parte, el director del hospital, el doctor Ivan Matela, que comparó el estado de la joven con las atrocidades de los campos de concentración de Auschwitz, considera que es necesario comenzar "una discusión para que la gente asuma responsabilidad en casos como este".
Uno de los problemas en Camboya que afecta posibles casos de mala praxis es la falta de acceso de los pacientes a los historiales médicos. "Cuando los pacientes piden el historial de sus resultados la mayoría de los establecimientos se niegan con rotundidad a facilitarlos y aducen que es propiedad privada del hospital", critica Matela.
"Si hubiese estado en una clínica normal hace dos meses no estaría hoy aquí", añadió el doctor ruso.
Aunque ahora la necrosis se ha detenido y la condición de Soth Rey mejora día a día, la septicemia (infección general debido a que los patógenos que pasan a la sangre) todavía entraña riesgos.
Para afrontar los gastos, Khouri recauda fondos para el tratamiento médico a través de una campaña de financiación colectiva y donaciones particulares que ha recaudado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) criticó en un informe en 2015 que el Gobierno de Camboya debería haber invertido más en servicios sociales dentro del alto crecimiento económico (cercano al 7 por ciento) de los últimos años.
El 80 % de la población camboyana vive en zonas rurales y la mitad recurre a practicantes sin cualificación, que en muchas ocasiones son autodidactas y cuentan con escasos medios, según la OMS.
Además, la población de doctores es de las más bajas de la región, 0,2 por cada 100.000 personas en 2012 según el Banco Mundial, un legado de la guerra civil y el régimen genocida del Jemer Rojo.
Fuernte: Infobae.com
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