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Cerro Porteño, de la mano de Félix Darío León, consiguió extender a 105 las victorias sobre Olimpia en los clásicos disputados por el torneo local. 

Los primeros 5 minutos del partido fueron un vaivén de situaciones de gol. Olimpia, llegó en dos oportunidades al arco de Anthony Silva, primero con un cabezazo de Roque que se pierde cerquita del poste derecho y ni un minuto después, Silva le tapaba un mano a mano clarísimo a Mouche.

Estas dos jugadas alertaron al Ciclón. Es en este momento que se produce un quiebre en el trámite del cotejo y el azulgrana, empezaría a teñir de esos colores la máxima fiesta del fútbol paraguayo. Por ambos tandenes, Cerro impondría su juego de velocidad y triangulaciones, por derecha con Raúl Cáceres y Josué Colmán, de gran partido, y por izquierda con Óscar Ruíz y las pelotas profundas de Marcos Riveros y de Rodrigo Rojas, quien tuvo un rendimiento excluyente.

La primera clara para el azulgrana, vendría justamente de los pies de Rojas, que no pudo definir frente al arco con Barreto casi vencido por creer que estaba en posición de adelanto.

El mediocampo que puso León empezó a hacer de las suyas a medidas que avanzaban los minutos, Mauro Caballero prefirió poner hombres ofensivos del medio para adelante y por este motivo, dio muchas concesiones en ese sector al equipo de Barrio Obrero, que con Marcos Riveros metiéndose entre los centrales y Rodrigo Rojas como motor de juego, crecía cada vez más y se estiraba hacia campo adversario.

Cerro cayó en cuenta de que Olimpia estaba partido en el medio, los relevos eran a destiempo, Roque bajaba cada vez más y las pelotas no eran aguantadas en terreno azulgrana, Pereira solo pudo con Mouche, y entre Rojitas, Rojas y Riveros, borraron a Julián Benitez del campo de juego, que recién empezó a aparecer después del primer gol de Cerro. 

Gol que estaba al caer, Colmán cada vez estaba más fino con las pelotas filtradas entre las piernas adversarias, y fue juastamente así que llegó el primer tanto del encuentro. Mal despeje de la defensa decana tras un remate de Josué Colmán, la pelota le vuelve a quedar al juvenil número 10 del ciclón que hizo la pausa y puso la pelota al fondo para Raúl Cáceres, que aceleró en los últimos metros y le puso un centro a la cabeza al Memo que no tuvo más que desmarcarse y cabecear el balón para conseguir el primer grito de gol del clásico.

Olimpia se fue quedando a partir del tanto azulgrana que subió al marcador a los 21'. El medio Decano seguía haciendo agua por todas partes, Cristian Riveros estuvo todo el partido ausente, Richard Ortiz y su entrega eran cada vez menos eficaces y los delanteros franjeados seguían sin recibir el balón en zona de peligro para Cerro. La casi nula proyección de Fernando Gimenez por izquierda y las malas finalizaciones de las jugadas de Rodi Ferreira por derecha, hizo que la defensa del ciclón se exigiera poco en esta primera etapa.

Cerro no dejaba de manejar la pelota en el medio, y fue así que a los 41', Rodrigo Rojas recibe la pelota en tres cuartos de cancha, arremete contra el área rival y al ver a Barreto adelantado, pica la pelota entre un mar de piernas que agarra al portero desprevenido y mal ubicado. Exquisita definición del capitán de Cerro que cumplió con la ley del ex, el partido ya estaba 2-0, marcador con el que fueron al descanso.

En la segunda etapa no pasó mucho, Cerro intentó jugar sobre el resultado y Olimpia empujaba con el orgullo herido y sin ideas. El equipo de León se fue quedando de a poco, y Olimpia bombeaba las pelotas al área, tal y como lo hizo en el primer tiempo, pero ahora empezaban a aflorar los pelotazos de 50, 60 metros hacia el área del ciclón, que no tenía problemas en devolver el favor. 

El partido cayó así en un frenesí de mucha lucha, poco juego. Si bien el ritmo seguía siendo intenso, ya casi no había elaboración. 

Aún sin ideas, Olimpia llegó al descuento gracias al toque clarificador de Roque. El "Babygol" recibe la pelota en la cabecera del área, la acomoda bien y abre juego sobre la izquierda. Mouche mete el centro y Julián Benitez anticipándose marca el 2-1 final.

Más allá de los sobresaltos que puedan existir en este tipo de partidos, lo cierto es que Olimpia ya no incomodó al equipo azulgrana, que se metió bien atrás, e intentó salir alguna vez de contra, pero sin éxito. Cerro, con el ingreso de Haedo, Torales y Candia, agarró nuevos aires y volvió a manejar los tiempos del partido, a Mauro Caballero no le salieron los cambios, y la máxima fiesta quedó en manos de Cerro, que logró hacerse con la punta del campeonato, esperando el encuentro de mañana de su actual escolta, Libertad.