Según la acusación del fiscal Alfredo Acosta Heyn, el procesado abusaba sistemáticamente de su hijo desde los 12 años en el interior de una vivienda ubicada en el asentamiento Che Jazmín, de Hernandarias. El menor sufrió el estupro por tres años en silencio y reveló su traumática experiencia cuando el ahora condenado intentó también abusar de su hija de 19 años, en la madrugada del 9 de abril de 2014, en la casa familiar.

Acorde a la investigación fiscal, el depravado ya había manoseado a su hija cuando tenía 12 años, pero la menor perdonó a su padre y no le denunció ante las autoridades. La madre de los menores sufre de problemas mentales, situación que había aprovechado el procesado para cometer el deleznable hecho.
El sospechoso condenado fue detenido el 10 de abril de 2014 y quedó recluido en la penitenciaría regional de Ciudad del Este, lugar donde cumplirá su pena.

El tribunal aplicó la condena en mayoría, con los votos de Ovelar y Montiel se estableció una pena de 15 años de penitenciaría para el procesado; en tanto que para el juez Giménez corresponde una sanción de 12 años de encierro. El órgano juzgador tuvo en consideración el testimonio de la víctima, en la cámara Gesell, y los informes médicos que certifican que el niño había sufrido abuso.

En su alegato final, el fiscal Acosta Heyn pidió 15 años de cárcel y más dos años de encierro como medida de seguridad, teniendo en cuenta que el acusado registra antecedente por hecho similar del año 2005, ocasión en que había abusado de su hijastra.