Gentileza
La lámpara robada del Panteón de los Héroes era conocida como lámpara votiva o lámpara de la eterna llama. Estas denominaciones tienen un significado místico de antigua procedencia que encierran una historia desconocida por la mayoría.
El 31 de marzo, en el marco de las manifestaciones contra la enmienda de la Constitución, hubo vándalos que aprovecharon para causar destrozos y robar. Los disturbios afectaron también a la zona del Panteón de los Héroes. En el frente había una oficina tipo contenedor de la empresa de arquitectos que realiza la refacción del histórico lugar. Allí se encontraba a resguardo la lámpara votiva.
Según la versión oficial, cuando los inadaptados tiraron por suelo las chapas que protegían el Panteón de los Héroes, rompieron la ventana de la oficina y extrajeron la lámpara votiva que se encontraba en su interior. En aquel momento los encargados de la empresa Barrail Hnos, a cargo de la reparación de la misma, dijeron que si bien el valor monetario de la lámpara no era importante, tenía un gran significado cultural.
Significado e historia
Acerca de su significado se puede afirmar que una ofrenda votiva es un objeto que se pone en un lugar sagrado por motivos rituales, el cual pudo haber sido ofrecido a alguna divinidad como agradecimiento por responder a las peticiones de un creyente. Muchas tumbas egipcias tenían en su interior lámparas, que según varias versiones, servían como guía de los espíritus por el “Valle de la Sombra” o eran ofrecidas al “Dios de la muerte”.
Cuenta la historia que se han encontrado lámparas con la llama todavía encendida en tumbas que tenían más de 2000 años de estar cerradas, lo cual despertó una serie de especulaciones al respecto. Entre las versiones más fantásticas, se menciona que la luz era perpetua por artificios de sacerdotes u ofrendas a entidades malévolas por parte de la gente, mientras los más racionales afirmaban que solo eran ingeniosos instrumentos mecánicos sin nada de magia.
De ahí que las lámparas votivas reciban el atributo de la llama eterna o perpetúa. La religión cristiana también utilizaba lámparas funerarias que estaban hechas de arcilla o vidrio. Posteriormente, el cristianismo empezó a emplear lámparas fabricadas con oro, plata o bronce en el marco litúrgico, celebrativo y votivo.
Así las lámparas funcionalmente espirituales empezaron a tener también un fin decorativo, ya que algunas de las catedrales o santuarios presentaban formas realmente magestuosas como verdaderas expresiones de arte colgadas desde lo más alto de las edificaciones o puestas en los pilares y muebles.
Por ejemplo, el libro Santuarios Marianos de la Rioja dice que García Sánchez, Rey de Nájera se encontraba de caza y llegó hasta una cueva muy oscura y descubrió una luz en la cabecera donde vio la imagen de la Madre de Dios, “del techo de la cueva pendía una lámpara votiva (...). La cueva estaba llena de misteriosa luz”. Muchas historias similares rondan la leyenda de las lámparas que se han encendido por años de manera misteriosa.
En la actualidad, los santuarios del mundo, tienen las lámparas votivas siempre encendidas por tradición