Uno de los detenidos con el

Nadie tiene el derecho de violar la propiedad privada, todos estamos bajo la protección de las garantías constitucionales pues estamos en un régimen constitucional de derecho. No existe  justificación de ningún tipo de delito o de crimen, salvo lo establecido puntualmente en la norma procesal penal.

Esta argumentación nos lleva tambien a la conclusión que hasta la apología de un hecho ilegal está penado por la ley. Todos estos derechos y garantías son propios de  un estado democrático no de una dictadura, en donde lo que sólo importa son las apetencias personales y criminales de quién detenta el poder total y absoluto.

La detención de tres jovenes hoy por la siesta al ser descubiertos robando en el interior de la residencia del Senador Mario Abdo Benítez, apellido ligado a la dictadura que nos hundió como país por 35 años, habla de la inseguridad, pero nos habla también del estado de necesidad de un gran sector de nuestra juventud, cuyo futuro directamente no existe.

Pero la foto que acompaña esta nota, un joven esposado, en zapatillas y con el fruto del golpe, unas mandarinas y unos limones, nos habla aún más. Nos habla de la injusticia social que consume a nuestro país, nos habla de nuestra falta de memoria como sociedad, nos habla de una impunidad grosera. Pero principalmente nos habla de que esas esposas fueron colocadas a la persona equivocada.

Existen muchos otros que realmente la merecen, mucha impunidad, mucha injusticia, demasiada