Conmovido pero firme, el Papa Francisco alza su voz por la paz desde el Vaticano
Desde el Vaticano, y a pesar de su delicado estado de salud, el Papa Francisco reapareció este Domingo de Pascua para impartir la tradicional bendición Urbi et Orbi ante miles de fieles reunidos en la Plaza San Pedro. Visiblemente debilitado por una reciente infección respiratoria, el pontífice ofreció un poderoso mensaje en defensa de la paz, los derechos humanos y la libertad religiosa.
En su intervención, Francisco destacó que “no puede haber paz sin libertad de religión, libertad de pensamiento, libertad de expresión y respeto por las opiniones de los demás”. El Papa también manifestó su profunda preocupación por los conflictos armados en el mundo, en especial por la situación en Gaza, donde reclamó “un cese del fuego, la liberación de los rehenes y asistencia humanitaria para la población afectada”.
Además, condenó el aumento del antisemitismo a nivel global y pidió rezar por la comunidad cristiana en Gaza, víctima de una “dramática e indigna crisis humanitaria”.
Francisco hizo un enérgico llamado al desarme internacional, declarando que “la paz tampoco es posible sin un verdadero desarme” y exhortó a los líderes mundiales a “no ceder a la lógica del miedo que aísla, sino a usar los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, combatir el hambre y promover iniciativas que impulsen el desarrollo”.
Aunque delegó la misa principal al cardenal Angelo Comastri, el Papa quiso estar presente en persona y concluyó con un sencillo pero sentido deseo: “Buena Pascua”.
