El silencio tras la llamada del Papa: Gaza despide con lágrimas a su pastor a la distancia
En la única iglesia católica de Gaza, el aire estaba cargado de emoción. Los fieles se reunieron en una sentida homilía para rendir homenaje al papa Francisco, cuya voz solía atravesar el conflicto y el dolor con palabras de esperanza.
El sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco de la pequeña comunidad cristiana en la Franja, no pudo ocultar su conmoción al recordar la cercanía del Santo Padre con su pueblo. «Nos llamaba absolutamente todos los días, hasta en los momentos más difíciles», confesó conmovido.
Eran llamadas breves, a veces interrumpidas por las explosiones, pero cargadas de consuelo. El Papa, desde el otro lado del mundo, preguntaba por cada uno, animaba a no perder la fe, y aseguraba sus oraciones por los niños, los enfermos y todos los que sufrían la guerra. Su voz, cálida y constante, era un bálsamo en medio del caos.
Con su partida, aquella línea que solía sonar cada día quedó en un profundo silencio. Un silencio que duele. “Ahora que no está, sentimos que una parte de nuestra fortaleza se ha ido con él”, expresó uno de los asistentes a la misa.
La comunidad católica de Gaza, una de las más pequeñas y perseguidas del mundo, encontró en Francisco no solo al líder de la Iglesia, sino a un verdadero pastor que, aún en sus últimos días, no dejó de acompañarlos.
