China quiere elegir al próximo Dalai Lama y enciende la polémica sobre liderazgo en el budismo
En medio de los festejos por los 90 años del Dalai Lama, el régimen chino volvió a tensar la cuerda espiritual con una dura advertencia: la reencarnación del líder budista será decidida por Beijing y no por él mismo ni por sus seguidores. Así lo afirmó el embajador de China en India, Xu Feihong, quien aseguró que “el Gobierno chino administra la reencarnación de los budas vivientes” y no aceptará “ninguna interferencia externa”.
La respuesta fue directa al ministro indio Kiren Rijiju, que había declarado que la sucesión del Dalai Lama corresponde exclusivamente al propio líder tibetano. Desde su exilio en Dharamshala, el Dalai Lama desafió abiertamente a China al confirmar que su reencarnación será gestionada por la fundación Gaden Phodrang Trust, con sede en India. Incluso dijo que podría vivir “30 o 40 años más”, en un claro mensaje a quienes buscan apurar su reemplazo.
Beijing considera al Tíbet como una parte inalienable de su territorio y busca controlar todo lo que represente autonomía espiritual. La ofensiva del Partido Comunista sobre el linaje budista forma parte de su estrategia para silenciar cualquier símbolo de resistencia cultural o religiosa.
Mientras tanto, los festejos por el cumpleaños número 90 del líder espiritual movilizaron multitudes en India y Nepal. En Katmandú, más de mil personas se congregaron con música y danzas tradicionales. En Dharamshala, participaron autoridades locales, miles de fieles, y hasta el actor Richard Gere.
“Cultivar un buen corazón es tan importante como el desarrollo material”, dijo el Dalai Lama. Pese a las amenazas, su mensaje fue claro: la paz, la compasión y la no violencia seguirán guiando su causa, incluso frente al poderío del régimen chino.
