«Guerra sucia en la ANR»: Centurión acusa a cúpula cartista de «patraña» contra Mario Abdo por supuestas cuentas offshore
El diputado Daniel Centurión calificó de «patraña» la publicación del periodista argentino Luis Gasulla sobre supuestas cuentas offshore del expresidente Mario Abdo Benítez en las islas Seychelles. Centurión no dudó en señalar directamente a la cúpula del movimiento Honor Colorado, liderado por Horacio Cartes, como la orquestadora de esta «búsqueda de la destrucción de la imagen» de Abdo Benítez, a quien considera el «referente político más importante que le hace contrapeso al cartel con el Paraguay».
Enérgico en sus declaraciones, el legislador colorado reveló que, si bien aconsejó a Abdo Benítez accionar judicialmente contra Gasulla, el expresidente optó por una estrategia que Centurión calificó de «jaque mate». Según Centurión, el equipo jurídico de Abdo se comunicó con Gasulla y le ofreció «todas las autorizaciones legales» para que profundice su investigación, incluyendo la posibilidad de indagar en todos sus movimientos financieros en los bancos señalados por el periodista. «Imagínense, ponerse a disposición de esta persona, autorizando para que todos sus movimientos financieros puedan ser investigados y que en esos bancos que señala este periodista argentino, se puedan tener las informaciones oficiales», enfatizó Centurión, buscando desvirtuar las acusaciones.
Consultado sobre la autoría de la supuesta «patraña», Centurión, aunque dijo ser «responsable en mis afirmaciones» y no querer «afirmar de manera tajante si no tengo pruebas», sentenció: «de que existen altas sospechas de que provenga de ese sector, sí». El diputado fundamentó sus sospechas en la existencia de un «grupo, un entorno del presidente del partido que lucra con la discordia, que siempre busca enfrentamientos internos, porque si hay paz interna, entonces no obtienen los beneficios que obtienen con un enfrentamiento interno». Estas declaraciones abren un nuevo capítulo en la interna de la Asociación Nacional Republicana (ANR), evidenciando una profunda fractura y la escalada de una «guerra sucia» con tintes políticos y personales.
