Una situación incómoda y repudiable se vivió en pleno programa en vivo, cuando la presentadora Fernanda Robles humilló públicamente al joven cronista William Emery, luego de que este se equivocara al decir su nombre. Robles lanzó frases como: “andá estudiá periodismo” y directamente lo echó con un “fuera”, ante la mirada atónita de los televidentes.

Pero la cosa no terminó ahí: también se burló del periodista Dennis Barrios, haciendo alusión a su salida del canal al decir que “es argel, por eso está en su casa jugando Play”. El comentario fue interpretado como una burla innecesaria que dejó en evidencia la falta de respeto en el ámbito laboral televisivo.

Las redes sociales explotaron. Colegas, figuras del medio y usuarios se volcaron a mostrar su solidaridad con William y Dennis, condenando la actitud de Robles. Incluso el Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP) emitió un comunicado oficial, repudiando el hecho y llamando a una reflexión urgente sobre estas prácticas abusivas que aún persisten en los medios.

Lo que parecía un blooper menor, se transformó en una fuerte denuncia pública sobre el maltrato, la exposición innecesaria y la falta de compañerismo que se da detrás de cámaras… y a veces, incluso frente a ellas.

¿Crítica constructiva o autoritarismo disfrazado de show? En el set, como en la vida, el respeto no se negocia.

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