Paraguay encendió el alma de las Américas en la apertura de los Juegos Panamericanos Junior #ASU2025
El Estadio Defensores del Chaco se convirtió en una fiesta de luz, música y tradición durante la espectacular inauguración de los II Juegos Panamericanos Junior. Un desfile multicolor de delegaciones, un mar de luces, shows de drones, danza y un emotivo homenaje a la cultura paraguaya hicieron vibrar a miles de corazones.
Y es que el show de drones se robó el show —valga la redundancia— recorriendo un viaje visual que pasó por la guarania, los tejidos tradicionales, la exótica fauna y flora, hasta la energía y el agua que caracterizan al país. Bajo el lema “Paraguay va a sonar”, mil aeronaves remotas y pantallas LED iluminaron el cielo asunceno, dejando la vara altísima para futuras presentaciones.
En la segunda entrada de Arandú, el ritual del tereré —interpretado por Aleshit— rindió tributo a uno de nuestros símbolos más queridos. Luego, la guarania tuvo su momento con Purahei Soul y la Orquesta Sinfónica Nacional, celebrando sus 100 años y su reconocimiento por la UNESCO. Los tejidos del alma paraguaya también brillaron con polcas y danzas folclóricas, destacando el poncho para’i de 60 listas, Patrimonio de la Humanidad.
La fuerza del agua y la energía llegaron con Hydro y Villagrán en un espectáculo visual que recordó la riqueza hídrica y el potencial energético del país. Después, la naturaleza tomó la escena con Kchiporros, imágenes de jaguaretés, lapachos y pájaros campana, acompañados por 200 bailarines que cerraron el bloque nacional en un estallido de color y alegría.
La voz colectiva se unió en Seremos Leyenda, himno oficial de los Juegos, junto a Tito y Tika, las carismáticas mascotas que hicieron reír y vibrar a grandes y chicos.
En el bloque protocolar, el Presidente Santiago Peña declaró oficialmente inaugurados los Juegos tras el desfile de banderas y el solemne encendido del pebetero a cargo de Fabrizio Zanotti, medallista de oro en Lima 2019.
Para el broche de oro, Tiago PZK encendió el escenario con sus éxitos, coreados por miles de almas, y un despliegue de fuegos artificiales iluminó la noche al ritmo del inmortal Agustín Pío Barrios.
Con nueve meses de preproducción, mil personas trabajando, más de 700 artefactos de iluminación, 600 m² de pantallas LED y más de 3.000 canales de control, el espectáculo no solo abrió unos Juegos: encendió el corazón de todo un país.
Ahora, durante dos semanas, Paraguay será el epicentro de la juventud y el deporte de las Américas, en un evento que promete ser inolvidable y dejar huella en la historia.
