¿Misiones diplomáticas o lobby para Cartes? Crecen las sospechas sobre los viajes de Peña a EE.UU.
El presidente Santiago Peña volvió a pisar suelo estadounidense esta semana, esta vez para recibir un premio del Comité Judío Americano y reunirse con figuras clave del sistema financiero. Aunque desde el gobierno aseguran que se trata de una gira para atraer inversiones y fortalecer la imagen internacional de Paraguay, algunos sectores no lo ven tan claro.
Desde su asunción en agosto de 2023, el mandatario ha visitado Estados Unidos en múltiples ocasiones, con un ritmo que algunos consideran inusual. Peña ha insistido en que su agenda se enfoca en consolidar alianzas estratégicas, potenciar la economía nacional y posicionar a Paraguay.
Sin embargo, voces críticas y analistas señalan que detrás de estas visitas se esconde un objetivo menos diplomático: realizar gestiones informales para que el gobierno de EE.UU. levante las sanciones impuestas al expresidente Horacio Cartes, acusado de ser “significativamente corrupto” por el Departamento de Estado.
El bloqueo económico que pesa sobre Cartes y su conglomerado empresarial tuvo efectos colaterales en sectores económicos del país, incluyendo entidades financieras vinculadas directa o indirectamente al entorno cartista.
En sus redes sociales, el presidente compartió una intensa agenda multilateral:
«Mantuve una reunión en la sede de las Naciones Unidas con el secretario general António Guterres. Conversamos sobre los desafíos que enfrenta la comunidad internacional y la importancia de fortalecer el diálogo y la cooperación entre las naciones».
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Peña defendió el multilateralismo y promovió a Paraguay como una “potencia intermedia” con “una economía sólida, energía limpia y políticas responsables”. Pero mientras su discurso gana aplausos en foros internacionales, en el plano local aumentan las dudas sobre si su verdadera prioridad es el país… o la protección de los intereses del grupo Cartes.
Los cuestionamientos arrecian, especialmente tras la reciente filtración de encuentros privados con banqueros influyentes en Nueva York, que no figuran en la agenda oficial. Desde la oposición ya se habla de pedir informes detallados sobre los gastos y resultados concretos de estas “giras diplomáticas”.
