Paquete económico del Ejecutivo irá al Congreso: más fusiones, menos Estado y promesas recicladas

El Gobierno anunció con bombos y platillos un nuevo “paquete económico” compuesto por siete leyes que —según prometen— impulsarán la economía y generarán empleo. Sin embargo, detrás del discurso optimista, las medidas planteadas generan preocupación por la reducción institucional y la falta de claridad en los beneficios concretos..

El ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, afirmó que el paquete es “ambicioso”. Entre las principales medidas, se destaca la fusión de entidades públicas: el Ministerio de Industria y Comercio absorberá el Viceministerio de Minas y Energías y la Secretaría de Turismo; mientras que la Cancillería integrará a la Secretaría de Repatriados. Una movida que podría debilitar aún más áreas ya desatendidas.

En el plano financiero, el Ejecutivo presentará una actualización de la Ley de Valores, ahora que la Comisión Nacional de Valores pasó a formar parte del Banco Central como Superintendencia. Pero los detalles de cómo esto beneficiará a los ciudadanos de a pie brillan por su ausencia.

También se pretende modificar la Ley de Energías Renovables, reconociendo que se requiere más participación privada. Una admisión que genera inquietud, dado que no se acompaña de un plan claro de sostenibilidad energética ni de regulación adecuada para evitar la privatización encubierta.

El anuncio incluye además la actualización de la Ley 60/90 y la Ley de Maquila, regímenes que han beneficiado históricamente a grandes empresas. A esto se suma un nuevo proyecto de Ley de Ensamblaje para productos electrónicos y digitales, presentado como la solución para la generación de mano de obra.

En definitiva, el Gobierno vuelve a apostar a la vieja receta: reducción del Estado, incentivos al sector privado y reformas “estructurales” que suenan bien en conferencia, pero cuya implementación real sigue siendo una deuda pendiente. El Congreso tendrá la última palabra.