“Hepy la vida”: Caacupé se convierte en púlpito de reclamo social

“Hepy la vida”: Caacupé se convierte en púlpito de reclamo social

En una homilía cargada de crítica y compasión, el obispo de Benjamín Aceval, Mons. Amancio Benítez, lanzó un mensaje directo desde la Basílica de Caacupé: “Hepy la vida, hepypa la ja’uva, ñaikotevẽ peteĩ aliviomi”. La frase, pronunciada ante miles de fieles, resonó como un grito colectivo frente al encarecimiento de la vida y la indiferencia institucional.

Benítez instó a las autoridades a mirar a los más vulnerables, recordando que “muchos creyeron en ellos y por eso fueron elegidos”. Denunció la ausencia de quienes deberían proteger al pueblo, y destacó que “la unión de los vecinos termina siendo la única esperanza ante la crisis”.

El obispo no esquivó temas sensibles: mencionó a jubilados estafados, familias endeudadas y el peso de la canasta básica. Su llamado a rezar por los gobernantes no fue ingenuo, sino una súplica para que “no olviden a quienes los pusieron ahí”.

La homilía, lejos de ser solo espiritual, se convirtió en un acto de denuncia social. Caacupé no solo fue altar, sino también megáfono del hartazgo popular.

Adolfo Núñez

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