Choferes irán a huelga contra la reforma del transporte público: «Estamos muy preocupados y desprotegidos legalmente»
Choferes del transporte público anunciaron una huelga de dos días para el próximo miércoles y jueves, en rechazo a la reforma del sector que, según denuncian, los margina y amenaza sus derechos laborales.
Gerardo Giménez, presidente de la Federación de Trabajadores del Transporte Público, realizó el anuncio, destacando la exclusión de los trabajadores en el debate sobre el proyecto de ley impulsado por el Gobierno.
Esta medida afectará a 40 líneas en el área metropolitana, dejando a miles de usuarios sin servicio y exponiendo las tensiones en un sistema obsoleto que busca modernizarse.
En declaraciones a la Megacadena, Giménez enfatizó que los choferes han sido «discriminados» desde el inicio del proceso. «No se construye una reforma eficiente excluyendo a los verdaderos actores», afirmó, refiriéndose a la promesa incumplida del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) de convocar una mesa de diálogo.
La huelga involucra a unos 3.000 trabajadores de 31 empresas, quienes temen la desaparición de líneas y la pérdida de antigüedad laboral ante la posible reducción a solo ocho consorcios operativos.
El núcleo del conflicto radica en artículos del proyecto que, según los trabajadores del volante, no garantizan la absorción de empleados ni protegen sus beneficios.
Giménez ilustró el drama personal: con 54 años y 30 de servicio en la Línea 21, cuya concesión vence pronto, se pregunta qué pasará si una nueva empresa gana la licitación. «Quedaremos en la calle, sin jubilación ni trabajo», alertó. Añadió que esta incertidumbre podría desestabilizar a familias enteras y agravar el caos en el transporte público, ya criticado por ineficiencias.
Con la huelga buscan pausar el proyecto y abrir espacios de negociación. Mientras el Gobierno defiende la modernización como clave para un servicio eficiente, los trabajadores exigen ser parte del cambio.
Si no hay avances, FETRAT no descarta extender las protestas, lo que podría paralizar la capital y resaltar la urgencia de un diálogo inclusivo en las reformas.
