Alejandro Ramos pidió ocultar su muerte por el temor que inspiraba en los pobladores, afirma coronel
Las autoridades hallaron ayer restos óseos en un procedimiento realizado en Horqueta, Departamento de Concepción, que, según el coronel Carlos Casco, comandante del Batallón de Inteligencia Militar, tienen muy altas probabilidades de pertenecer a Alejandro Ramos, exlíder del autodenominado Ejército del Mariscal López (EML).
En charla con la radio 1020 AM, Casco detalló que, conforme a datos de inteligencia, Ramos recibió un disparo en la cadera que desencadenó su muerte el 27 de julio de 2018, tras un enfrentamiento con la Fuerza de Tarea Conjunta. El enfrentamiento ocurrió después de que el grupo asesinara a una ciudadana, según una bitácora encontrada donde se anotaba todo lo que hacían y escuchaban en radios AM. En esta, el hijo de Ramos relató cómo su padre murió en sus brazos.
El coronel explicó que, antes de fallecer, Ramos pidió a su hijo que lo eliminara para no caer en manos de las fuerzas de seguridad, pero este no lo obedeció. También le pidió no revelar su muerte, ya que «en la zona de Horqueta había mucho temor hacia Alejandro Ramos», quien «se encargaba de inculcar la ideología de su grupo». Casco afirmó que el EML «no creció en números, tampoco su ideología se expandió».
Paralelamente, las autoridades continúan la búsqueda de Félix Urbieta. Casco comentó que adecuaron un terreno donde existen «fuertes indicios» de que se encontraría el cuerpo, con la ayuda de equipos que facilitarían la localización.
