Periodista víctima de robo y agresión denuncia maltrato institucional
La periodista de Noticias Paraguay (NPY), Alba Duarte, denunció haber sido víctima de un violento ataque dentro de su vivienda, cuando un hombre presuntamente bajo efectos de drogas irrumpió en su habitación cerca de las 05:30 de la madrugada del martes, la agredió brutalmente, le arrebató el celular y luego huyó del lugar.
“Me arrasó el terror, el asco, intenté salir de ahí. Me decía ‘callate porque te voy a matar’ y me agarró del cuello. Acordarme me hace muy mal”, expresó la comunicadora, en charla con la radio 1080 AM. Duarte explicó que el agresor entró por la ventana, y que su mascota, un perro pastor alemán, saltó al interior de la casa, lo que le permitió darse cuenta de la intrusión.
“Yo ya vi venir el abuso. Logré salir y agarrar mi teléfono para llamar a mi papá, pero el hombre me lo arrebató y escapó”, relató.
Duarte acudió a la Comisaría local para radicar la denuncia, pero allí le informaron que debía presentar un diagnóstico médico, incluso cuando ella aclaró que no hubo abuso sexual. “Fui a la Comisaría, me dijeron que tenía que hacerme un diagnóstico médico, pero yo les comenté que no hubo abuso. Me dijeron que igual debía ir, entonces acudí al hospital”, explicó.
Tras el episodio, acudió al Hospital Distrital de Itauguá para realizar el diagnóstico médico exigido por la Policía, pero allí sufrió una segunda forma de violencia, por parte del médico que la atendió.
Denunció que, en el hospital, el médico que la atendió le hizo preguntas machistas y comentarios humillantes, en lugar de brindarle contención. “Acá el problema no es que yo esté soltera, acá el problema es la inseguridad”, reclamó.
Describió que el trato recibido en el Hospital Distrital de Itauguá fue frío, invasivo y despectivo, lo que agravó el trauma emocional que ya sufría por el ataque físico. “No me preguntó cómo estaba, me llenó de preguntas que no correspondían. Me sentí juzgada, no atendida”, denunció.
Duarte insistió en que el foco del problema no debe estar en su situación personal, sino en la falta de seguridad y la respuesta institucional deficiente. “El problema no es que yo esté sola, el problema es que no hay seguridad. Y cuando pedís ayuda, te revictimizan”, expresó.
