Asociación de Jueces respalda con firmeza a juezas que denunciaron celdas VIP
La Asociación de Jueces del Paraguay (AJP) expresó su pleno respaldo a cuatro juezas de Ejecución Penal que, en el ejercicio de sus funciones, descubrieron y comunicaron oficialmente la existencia de celdas «VIP» dentro de la Penitenciaría de Emboscada.
La AJP señala que, las magistradas actuaron en estricto cumplimiento de sus deberes legales y atribuciones al intervenir y dar a conocer esta grave situación penitenciaria. El gremio destacó la labor de las juezas y subrayó la importancia de su accionar en favor de la transparencia y la legalidad en el sistema carcelario.
En el mismo comunicado, la Asociación lamentó las declaraciones del ministro de Justicia, Rodrigo Nicora, calificándolas de desafortunadas, al afirmar que las juezas actuaron prepotencia a la hora de realizar la inspección.
El comunicado reafirma que, los jueces y juezas ejercen sus funciones con independencia, conforme a lo establecido en la Constitución y las leyes, y rechazó cualquier intento de descalificación o presión sobre su labor. “La independencia judicial es una garantía esencial de la democracia y del Estado Social de Derecho”, concluye el pronunciamiento del gremio judicial.
Recientemente, las juezas Ejecución Penal Rossana Bogarín, Cynthia Sostoa, Lidia Wyder y Sandra Kirchhofer, comunicaron los hallazgos en el penal de Emboscada que daban cuenta de la existencia de celdas especiales con lujos para reclusos vinculados al crimen organizado.
El hecho si bien no es una cuestión nueva, porque ya fue descubierta en administraciones anteriores en Tacumbú donde se anunció que fueron “desmanteladas”, en este caso, llamó la atención que esta situación fue descubierta en uno de los penales de Emboscada Antigua considerada de máxima seguridad y que ya forma parte del nuevo modelo penitenciario, al conocer la información las autoridades fueron a verificar tres días después para corroborar que efectivamente los reclusos vivían en cómodas dependencias con lujos que no gozan la población penitenciaria común.
La existencia de estas celdas VIP no es un fenómeno nuevo. Por el contrario, forma parte de una práctica corrupta arraigada históricamente, donde los presos con mayor poder adquisitivo acceden a beneficios ilegales, mientras la mayoría de la población penal enfrenta sobrepoblación, falta de acceso a la salud, alimentación deficiente y escasas oportunidades de rehabilitación.
El éxito del nuevo modelo penitenciario no puede sostenerse únicamente en anuncios o reformas parciales. Mientras subsistan estas prácticas de favoritismo y corrupción dentro de los penales, será imposible hablar de un sistema justo, transparente y orientado a la reinserción social.
La reforma del sistema carcelario no será efectiva si no se destierran estas formas de corrupción naturalizadas, muchas veces amparadas por el silencio o la inacción de autoridades. La existencia de celdas VIP no solo es ilegal, sino profundamente inmoral en un contexto donde miles de personas privadas de libertad viven en condiciones que atentan contra la dignidad humana.
